Gerardo Fernández Noroña y los Zapatos del Olvido: ¿Escepticismo o Cínica Distracción?

Por Bruno Cortés

El Circo de las Dudas: Cuando el Escepticismo es un Acto Político
Imaginen 200 pares de zapatos alineados en un rancho de Jalisco. Cada par, un grito silencioso. Cada suela, una historia truncada. Pero para Gerardo Fernández Noroña, presidente del Senado, ese escenario no es símbolo de dolor, sino un posible «montaje mediático». Sí, como lo oyen: el hombre que debería liderar la búsqueda de respuestas prefiere sembrar dudas antes que abrazar la urgencia. ¿Es cinismo o un manual de distracción política?

Gerardo Fernández Noroña, experto en convertir tragedias en «golpeteos de prensa», acusa a los medios de inflar el caso Teuchitlán. «¿Y luego?», pregunta, como si 200 zapatos vacíos fueran un detalle decorativo. Claro, para él, cuestionar la veracidad del hallazgo es más fácil que enfrentar una realidad incómoda: México tiene más de 100,000 desaparecidos (según el Registro Nacional de Personas Desaparecidas), y cada semana sumamos nuevos números a esta lotería macabra.

La Foto que Gerardo Fernández Noroña No Quiere Ver

El presidente del Senado insiste en que «no hay pruebas» de que los zapatos pertenezcan a víctimas. ¿Acaso espera que cada par venga con una etiqueta: «Propiedad de desaparecido N° 45,678»? Su retórica es un clásico de la política mexicana: dudar primero, actuar nunca. Mientras las familias exhuman fosas con cucharitas, él exige «esperar a la investigación». Ironía pura: el mismo que en 2025 condenó Ayotzinapa («herida abierta del Estado») hoy minimiza Teuchitlán.

¿Y su defensa a Claudia Sheinbaum Pardo? Noble gesto, si no fuera porque la «solidaridad» con la presidenta suena a cortina de humo. ¿Desde cuándo respaldar a un gobierno implica restar importancia a fosas clandestinas? Gerardo Fernández Noroña, hábil en el arte de los arquetipos exagerados, pinta a la oposición como «derecha carroñera». Pero aquí no hay izquierda o derecha: hay madres que buscan hijos con fotos ajadas y un Estado que sigue sin responder.

El Manual del Buen Distractor: 3 Pasos para Ignorar una Crisis
Niega la evidencia: «¿Zapatos? ¿Qué zapatos? Podrían ser de una venta nocturna en Liverpool».
Criminaliza a quien denuncia: «La prensa quiere golpear al gobierno».
Recuerda selectivamente: «Ayotzinapa sí importa, pero esto… esto huele a montaje».

Gerardo Fernández Noroña domina el guion. Mientras, en Jalisco, organizaciones como H.I.J.O.S. México documentan que el 70% de las desapariciones están ligadas al crimen organizado, pero con complicidades locales. ¿Alguien dijo «Estado fallido»?

El Duelo que No Cabe en un Tuit

El presidente del Senado afirma: «Si desaparecen a tu hijo, es para volverse loco». Vaya hallazgo. Pero su «compromiso» suena a disco rayado. ¿De qué sirven los discursos si la Ley General en Materia de Desaparición sigue sin aplicarse con recursos reales? Mientras, las familias no piden retórica: exhuman con sus manos, marchan con pancartas, y hoy… miran con rabia cómo 200 zapatos se convierten en debate político.

Epílogo: Cuando los Zapatos Caminan Solos

Gerardo Fernández Noroña tiene razón en algo: la verdad saldrá a la luz. Pero en México, la verdad suele llegar tarde, mutilada y con olor a tierra recién removida. Mientras tanto, los zapatos de Teuchitlán seguirán vacíos, las familias seguirán buscando, y los políticos seguirán discutiendo si el dolor es «auténtico» o «un montaje».

Ahora pregunto yo: ¿Qué duele más? ¿Encontrar 200 pares de zapatos sin dueño, o escuchar a un líder decir «¿Y luego?» como si la tragedia fuera un mal chiste?

Y así, entre escepticismo y cinismo, México sigue bailando sobre fosas… con zapatos ajenos.

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