La Fiscalía General de la República (FGR) ha desatado una tormenta en el sistema judicial mexicano al iniciar un proceso de queja contra el juez Gregorio Salazar Hernández. El motivo: la polémica liberación de José Alfredo Cárdenas Martínez, alias «El Contador», un pez gordo del Cártel del Golfo y sobrino del infame Osiel Cárdenas Guillén.
La FGR no se anda con rodeos: califican a «El Contador» como un sujeto de «Riesgo Alto Social» con una alta probabilidad de darse a la fuga. Y no es para menos. Cárdenas Martínez no es un delincuente de poca monta. Según la Fiscalía, es un pez gordo del Cártel del Golfo, con recursos de sobra para escapar y una red criminal a su disposición.
El juez Salazar Hernández está en el ojo del huracán. La FGR alega que ignoró pruebas contundentes, incluyendo testimonios del mismísimo Fiscal Auxiliar de los Estados Unidos en Texas. ¿Cómo es posible que con semejantes evidencias «El Contador» esté paseando libre por las calles?
La defensa de Cárdenas Martínez jugó la carta del «arraigo domiciliario». Pero ojo, la FGR no se lo traga. Dicen que los comprobantes presentados eran de familiares, no del propio «Contador». ¿Un intento de tomarle el pelo a la justicia?
El juez impuso algunas medidas cautelares, como presentarse semanalmente ante el alcalde de Matamoros y pagar una fianza de 5 millones de pesos. Pero la FGR no está nada contenta. Argumentan que faltaron restricciones clave, como prohibirle salir del país o acercarse a testigos.
El Fiscal General, Alejandro Gertz Manero, está que echa chispas. En la mañanera con la presidenta Claudia Sheinbaum, dejó claro que van con todo para revertir esta decisión. La FGR promete una batalla legal para que «El Contador» vuelva tras las rejas.
Este caso ha puesto sobre la mesa el eterno debate entre la aplicación de la ley y los derechos de los acusados. ¿Logrará la FGR su cometido o «El Contador» seguirá disfrutando de su libertad? El tiempo y los tribunales tendrán la última palabra.