Jorge Renán Solís, un ciudadano mexicano, ha estado preso en la India por más de cinco años, enfrentando violaciones graves a sus Derechos Humanos. Detenido el 26 de septiembre de 2018 durante un operativo policial, Solís ha sido víctima de tortura y extorsión por parte de las autoridades indias. Encerrado sin comunicación ni alimentos, y sin acceso a un traductor, su situación es desesperante.
El Departamento de Estado de Estados Unidos ha señalado que detenciones arbitrarias y extorsiones son prácticas comunes en la India. En el caso de Solís, su esposa fue contactada por Sameer Wankhede, un oficial del Directorate of Revenue Intelligence (DRI), quien exigió dinero a cambio de su liberación. Wankhede tiene múltiples denuncias por extorsión y amedrentamiento en el pasado.
Las autoridades indias mantienen el caso en la ciudad de Indore, impidiendo que se solicite apoyo de otras instancias legales y alejando a Solís de la corrupción local que protege a sus captores. Viajando por motivos laborales, Solís dejó a su esposa y dos hijas, una recién nacida, enfrentando ahora el olvido y la injusticia.
La familia de Jorge Solís ha solicitado desesperadamente la intervención de la Cancillería mexicana para que el gobierno indio revise el caso y ponga fin a su sufrimiento. “Hemos pedido apoyo en todos lados, pero hasta el momento no hemos tenido una respuesta clara y Jorge sigue en ese país, sin comunicación y viviendo todo tipo de injusticias”, declara su esposa.
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