PorJuan Pablo Ojeda
El fútbol mundial se viste de luto tras la muerte de Sven-Göran Eriksson, el icónico entrenador sueco que dejó una huella imborrable en clubes y selecciones a lo largo de su ilustre carrera. Eriksson falleció a los 76 años en su hogar, rodeado de su familia, según informó la cadena pública Televisión de Suecia (SVT). El técnico había estado lidiando con un cáncer de páncreas incurable desde principios de este año, enfermedad que finalmente ha puesto fin a su vida.
Eriksson, conocido cariñosamente como “Svennis” en su Suecia natal, reveló en enero de 2024 la gravedad de su enfermedad. “En el mejor de los casos, me queda un año. En el peor, algo menos”, comentó en una entrevista con Radio de Suecia, mostrando la misma honestidad y determinación que lo caracterizó a lo largo de su carrera.
La trayectoria de Eriksson en el fútbol comenzó a finales de la década de 1970 en su Suecia natal, donde dejó su marca con el IFK Gotemburgo, equipo con el que conquistó una liga sueca y una Copa de la UEFA. Su éxito en Gotemburgo abrió las puertas a su aventura internacional, que lo llevó al Benfica en Portugal. Con el equipo lisboeta, Eriksson sumó tres títulos de liga a su palmarés, un presagio de los logros que vendrían.
La verdadera explosión de su carrera, sin embargo, se produjo en Italia. En la Serie A, Eriksson dirigió a clubes de renombre como Roma, Fiorentina, Sampdoria y Lazio. Fue con Lazio donde alcanzó el cenit de su éxito en Italia, ganando una liga, varias copas nacionales y otra Copa de la UEFA, consolidando su reputación como uno de los entrenadores más prestigiosos de Europa.
En el fútbol inglés, Eriksson se convirtió en el primer entrenador no británico en tomar las riendas de la selección inglesa, un hecho histórico que subrayó su impacto global. También dejó su impronta en clubes como el Manchester City y el Leicester City. Su carrera internacional se extendió aún más, dirigiendo a las selecciones nacionales de México, Costa de Marfil y Filipinas, además de probar suerte en las ligas de China y Tailandia.
A lo largo de su vida, Eriksson fue objeto de numerosos homenajes públicos en los países donde trabajó, reflejo del respeto y admiración que inspiró en el mundo del fútbol. Desde su patria Suecia hasta el Reino Unido e Italia, los tributos a su legado se multiplicaron a medida que la noticia de su enfermedad se difundió.
Sven-Göran Eriksson no solo será recordado por sus éxitos en el campo, sino también por su capacidad para conectar con jugadores y aficionados de diversas culturas. Su muerte marca el final de una era para el fútbol global, pero su legado perdurará en cada club y selección que tuvo el privilegio de ser guiado por su sabiduría y pasión por el deporte. Descanse en paz, Sven-Göran Eriksson.