Fallece Salvatore Schillaci, la estrella del Mundial de 1990, a los 59 años
Por Juan Pablo Ojeda
El fútbol italiano se viste de luto tras la muerte del exdelantero Salvatore Schillaci, quien falleció a los 59 años, según confirmaron este miércoles sus antiguos clubes, el Inter de Milán y la Juventus. Schillaci, apodado “Toto”, se convirtió en un ícono del deporte tras brillar en la Copa Mundial de Fútbol de 1990, celebrada en Italia, donde llevó a su selección al tercer puesto y se consagró como máximo goleador del torneo con seis goles.
Nacido en Palermo, Sicilia, Schillaci fue hospitalizado debido a un cáncer de colon, según medios locales. Su legado perdura en la memoria colectiva de los aficionados, resaltando la emoción que generó durante el Mundial, donde anotó goles cruciales, incluido uno en la semifinal contra Argentina y otro en el partido por el tercer lugar contra Inglaterra.
La primera ministra italiana, Giorgia Meloni, rindió homenaje a Schillaci a través de X, destacando su impacto en el corazón de los italianos: “Gracias por las emociones que nos has dado, por habernos hecho soñar y celebrar. Buen viaje, campeón”.
La imagen de Schillaci celebrando sus goles, con ojos desbordantes de alegría, se convirtió en un símbolo de aquella Copa del Mundo, eclipsando incluso a grandes figuras como Gianluca Vialli y Roberto Baggio. Su brillante actuación le valió el Balón de Oro como jugador del torneo, además de ser subcampeón del Balón de Oro al jugador masculino del año 1990, solo detrás del alemán Lothar Matthaus.
Su camino en el torneo no fue fácil; comenzó como suplente en el primer partido, pero su gol en la victoria 1-0 sobre Austria desató una ola de fervor que llevaría a Italia a la gloria. Después del Mundial, Schillaci solo anotó un gol más para la selección y no volvió a participar en otro torneo importante.
Desde sus inicios en el Messina hasta su ascenso en la Juventus, donde ganó la Copa de Italia y la Copa de la UEFA en 1989-90, su carrera fue un reflejo de determinación y pasión. “Nos enamoramos inmediatamente de Toto. Su historia y deseo nos cautivaron”, declaró la Juventus en un comunicado.
El presidente de la Serie A, Lorenzo Casini, elogió a Schillaci como un campeón que iluminó las “noches mágicas” de Italia 90, mientras que Gabriele Gravina, presidente de la Federación Italiana de Fútbol, lo describió como un símbolo de voluntad y redención. “Es precisamente este espíritu indomable lo que lo hará inmortal”, añadió.
Schillaci también dejó huella internacional, siendo el primer jugador italiano en jugar en la J. League de Japón, donde ganó el título de liga con el Jubilo Iwata en 1997. Su retiro del fútbol llegó en 1999, pero su legado sigue vivo en cada rincón del país que lo vio brillar.