El expresidente de Bolivia, Evo Morales, fue víctima de un atentado a balazos mientras transitaba por carretera rumbo a la comunidad de Lauca Ñ, donde tenía programada una transmisión de su programa de radio. El ataque ocurrió cuando Morales y sus acompañantes fueron interceptados por dos hombres armados vestidos de negro, quienes abrieron fuego contra el vehículo en el que viajaba el exmandatario.
El momento de tensión fue captado en video por una de las personas que se encontraba en el automóvil junto a Morales. En la grabación se observa el impacto de múltiples balas en el vehículo. Afortunadamente, Morales resultó ileso, aunque su conductor sufrió heridas: una bala le impactó en el brazo y otra rozó su cabeza. Según el relato del propio Morales, el auto en el que viajaba inicialmente recibió al menos cuatro balazos, y el vehículo en el que abordó después fue alcanzado por 14 disparos adicionales.
La Dirección Nacional del Movimiento al Socialismo (MAS), partido de Morales, emitió un comunicado denunciando el ataque como un intento de magnicidio. En el mensaje, el MAS señaló que el atentado tuvo lugar cerca de un cuartel militar boliviano, donde los atacantes lograron ingresar tras disparar y donde, presuntamente, les esperaba un helicóptero, lo que ha alimentado teorías sobre una posible complicidad en el atentado.
El MAS responsabilizó directamente al presidente de Bolivia, Luis Arce, y a los ministros de Gobierno y Defensa, Eduardo del Castillo y Edmundo Novillo, respectivamente. Esta acusación intensifica las tensiones políticas en Bolivia, un país que ha vivido profundos conflictos en la última década, en gran parte debido a las divisiones entre el partido de Morales y el actual gobierno de Arce.
Este atentado se produce en un contexto político delicado para Bolivia, donde la relación entre Evo Morales y el actual presidente, Luis Arce, ha ido deteriorándose. Aunque ambos pertenecen al mismo partido político, el Movimiento al Socialismo, las tensiones internas han crecido a raíz de diferentes visiones sobre la dirección del país. Este ataque podría agravar aún más las tensiones entre ambas facciones y suscitar un debate sobre la seguridad de los líderes políticos en el país andino.