Por Juan Pablo Ojeda
Un reciente estudio realizado por la Universitat Pompeu Fabra (UPF) y la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) en España ha revelado los efectos adversos del uso diario de TikTok en la salud mental y emocional de los adolescentes. Publicada en la revista Nature, la investigación muestra que más del 20% de los jóvenes entre 12 y 18 años pasan más de dos horas al día en la plataforma, un tiempo que excede el límite recomendado para el uso de redes sociales y que está vinculado a una serie de consecuencias perjudiciales para el bienestar psicológico.
Consecuencias del Uso Continuo de TikTok
Según los resultados, los adolescentes que pasan más tiempo en TikTok experimentan una baja autoestima, niveles elevados de estrés y una incapacidad para establecer límites en su consumo de la aplicación. Las mujeres, en particular, parecen ser las más afectadas: un 24,3% de ellas invierte más de dos horas diarias en TikTok, comparado con el 15,4% de los chicos.
A pesar de que los investigadores, liderados por Mònika Jiménez, advierten que aún no se puede establecer una relación de causa y efecto definitiva entre el uso de redes sociales y el aumento de trastornos de salud mental, los datos sugieren una correlación preocupante. Jiménez afirmó que este patrón podría estar relacionado con el aumento de patologías mentales entre las chicas, ya que el consumo excesivo de plataformas como TikTok impacta negativamente en la autopercepción física, lo que a su vez puede desencadenar trastornos de conducta alimentaria (TCA).
Riesgos de Salud Mental en Adolescentes
El estudio refuerza hallazgos previos que vinculan el uso excesivo de redes sociales con problemas de autoestima, una visión negativa de la salud mental y un mayor riesgo de estrés psicológico. Estos efectos son especialmente alarmantes en la adolescencia, una etapa crucial en el desarrollo emocional y mental, donde los trastornos de la conducta alimentaria y otros problemas psicológicos suelen comenzar a manifestarse.
En España, se estima que un 6,4% de las mujeres entre 12 y 21 años sufren de TCA, afectando a alrededor de 400.000 jóvenes. La influencia de contenidos en TikTok, que a menudo promueven estándares de belleza inalcanzables, parece ser un factor clave en la exacerbación de estos problemas, ya que la plataforma favorece vídeos relacionados con moda, belleza y baile, especialmente entre las chicas.
Diferencias de Género en el Consumo de Contenidos
El análisis también destaca diferencias de género en el tipo de contenido consumido por los adolescentes. Los chicos tienden a preferir vídeos relacionados con videojuegos, deportes y noticias de influencers o streamers, mientras que las chicas se centran más en vídeos sobre moda, belleza y baile. Estos patrones de consumo refuerzan estereotipos de género que pueden afectar la autopercepción y el bienestar de los jóvenes.
En este sentido, Mireia Montañà, coautora del estudio, sugirió que la Comisión Europea debería implementar auditorías anuales en plataformas digitales para identificar contenidos que perpetúen estereotipos de género y afecten negativamente la salud mental de los jóvenes.
Medidas para Mitigar los Efectos Negativos
Ante estos resultados, los expertos sugieren que se implementen medidas para limitar el tiempo de uso de TikTok entre los menores. Actualmente, la edad mínima para abrir una cuenta en redes sociales en España es de 14 años, pero se está considerando elevarla a 16 años mediante un anteproyecto de ley orgánica para la protección de los menores en entornos digitales. Además, TikTok ha implementado un límite de 60 minutos diarios para los usuarios menores de 18 años, aunque los investigadores consideran que esta medida es insuficiente.
Jiménez destaca la necesidad de definir qué se entiende por un consumo moderado, considerando factores socioculturales y de edad. También enfatiza la urgencia de programas educativos obligatorios para fomentar el bienestar digital y prevenir las adicciones tecnológicas. Por último, propone la realización de auditorías regulares al algoritmo de TikTok para asegurarse de que no promueva patrones adictivos que puedan dañar la salud mental de los adolescentes.