Por Juan Pablo Ojeda
Un innovador estudio realizado por un equipo de investigadores de la Universidad de Cambridge ha identificado múltiples genes en los perros labradores retrievers británicos que están vinculados a la obesidad canina, y que además tienen correlato con la obesidad humana.
El gen DENND1B se destacó como el más fuertemente asociado con la obesidad en los perros labradores, y también está presente en los humanos. Este gen afecta una vía cerebral crucial para regular el equilibrio energético del cuerpo, conocida como la vía leptina-melanocortina. Esta vía tiene un papel importante en el control del apetito y el gasto energético, y su alteración está relacionada con el sobrepeso tanto en perros como en seres humanos.
Además del DENND1B, los investigadores mapearon otros cuatro genes humanos que también están asociados con la obesidad en perros, aunque con un impacto menor. Estos descubrimientos subrayan la relevancia de estudiar los procesos biológicos clave para controlar el peso y el apetito en ambos organismos, aunque, según la investigadora principal, Alyce McClellan, estos genes no son candidatos inmediatos para tratamientos farmacológicos debido a que regulan funciones biológicas esenciales.
Factores genéticos y el control del peso en los perros
El estudio también encontró que los perros con un alto riesgo genético de obesidad tienden a mostrar un mayor interés por la comida. Sin embargo, al igual que en los humanos, si los dueños controlan la dieta y el ejercicio de sus perros, pueden evitar que estos sufran de obesidad, a pesar de su predisposición genética.
Otro hallazgo importante del estudio es que, al igual que en los humanos, no existe un único gen que determine si un perro será propenso a la obesidad. En lugar de eso, el riesgo se basa en la combinación de múltiples variantes genéticas, lo que hace que el riesgo de obesidad varíe en cada animal.
La epidemia de obesidad canina
La obesidad canina es un fenómeno creciente, con entre el 40% y el 60% de los perros domésticos afectados por sobrepeso u obesidad. Este problema tiene paralelismos significativos con la epidemia de obesidad humana, dado que ambos comparten factores ambientales similares, como la disponibilidad de alimentos y el nivel de actividad física.
Eleanor Raffan, investigadora en Cambridge y directora del estudio, reflexionó sobre cómo el estudio de los perros nos ha enseñado lecciones valiosas sobre la obesidad. Según Raffan, los dueños de perros con sobrepeso no son moralmente inferiores a aquellos con perros delgados. En palabras de la investigadora, tanto en perros como en humanos, «si tienes un alto riesgo genético de obesidad y hay abundante comida disponible, tendemos a comer en exceso y ganar peso, a menos que hagamos un esfuerzo consciente para evitarlo».
Método de estudio y conclusiones
El equipo de investigación reclutó a dueños de perros a quienes se les midió el índice de grasa corporal y se puntuó el nivel de «avaricia» de sus mascotas. Además, se recogió saliva de los perros para analizar su ADN. Al correlacionar el perfil genético con el estado de obesidad de los perros, los investigadores pudieron identificar los genes vinculados con la obesidad canina.
El estudio también reveló que los perros con la variante genética más asociada con la obesidad, el gen DENND1B, presentaban un 8% más de grasa corporal en comparación con aquellos que no lo portaban.
Este trabajo no solo evidencia las similitudes genéticas entre los perros y los humanos, sino que también ha permitido una mejor comprensión de cómo el cerebro controla el comportamiento alimentario y el uso de la energía, aportando valiosa información que puede tener aplicaciones en el tratamiento de la obesidad tanto en animales como en seres humanos.