Washington, 10 de enero de 2024 – Un nuevo estudio publicado en la revista científica estadounidense «Proceedings of the National Academy of Sciences» ha revelado que el agua embotellada contiene niveles de nanoplásticos hasta 100 veces mayores de lo que se pensaba anteriormente. Utilizando técnicas avanzadas, los científicos encontraron una media de 240 mil fragmentos detectables de plástico por litro de agua en marcas populares de agua embotellada.
Este hallazgo, que supera ampliamente las estimaciones previas, ha encendido las alarmas sobre las posibles implicaciones para la salud humana. Beizhan Yan, profesor asociado de investigación geoquímica en la Universidad de Columbia y coautor del estudio, sugirió que aquellos preocupados por los nanoplásticos podrían considerar alternativas como el agua del grifo. Sin embargo, enfatizó que el riesgo de deshidratación aún podría superar los posibles efectos de la exposición a estos nanoplásticos.
La preocupación global sobre los microplásticos y los nanoplásticos ha ido en aumento en los últimos años. Estos diminutos fragmentos, que se desprenden de fuentes más grandes de plástico, están ahora omnipresentes, encontrándose desde los casquetes polares hasta las cumbres de las montañas, y llegando incluso al agua potable y los alimentos. Los nanoplásticos, definidos como partículas más pequeñas que la milmillonésima parte de un metro, son tan minúsculos que pueden atravesar barreras biológicas, llegando a órganos vitales y, potencialmente, al feto a través de la placenta.
Los estudios sobre el impacto de los nanoplásticos en los ecosistemas y la salud humana son aún limitados, pero investigaciones preliminares han sugerido posibles efectos tóxicos, incluyendo anomalías reproductivas y problemas gástricos.
El equipo de investigación utilizó una técnica denominada microscopía de dispersión Raman estimulada (SRS), una invención reciente que emplea dos láseres para resonar moléculas específicas y así identificar los nanoplásticos. Aunque se analizaron tres marcas líderes de agua embotellada, los investigadores optaron por no nombrarlas, argumentando que sería injusto señalarlas cuando es probable que todos los productos de agua embotellada contengan nanoplásticos.
Este estudio no solo plantea interrogantes sobre la seguridad del agua embotellada, sino que también pone de relieve la necesidad de investigar más a fondo las fuentes de agua potable, incluido el agua del grifo, que también contiene microplásticos pero en niveles significativamente más bajos. Este descubrimiento constituye un paso importante en la comprensión y el manejo de la contaminación plástica en nuestras fuentes de agua, con repercusiones que van más allá de la salud humana, extendiéndose a la salud ambiental global.