Por Juan Pablo Ojeda
Un equipo de investigadores de la Universidad de Málaga, en España, ha arrojado nuevos hallazgos sobre el peligroso vínculo entre las redes sociales y los trastornos de conducta alimentaria (TCA), especialmente entre las mujeres jóvenes. Según el estudio titulado Uso problemático de Internet y su relación con los desórdenes alimenticios, se ha demostrado que las plataformas sociales como TikTok, Instagram y X contribuyen a agravar estos trastornos al crear comunidades virtuales que perpetúan comportamientos dañinos y aumentan la insatisfacción corporal.
La investigación revela cómo estas redes sociales promueven la obsesión por la delgadez extrema, donde el sobrepeso es asociado con términos como «fracaso», «grave enfermedad» o «ruina». Además, los usuarios de estas plataformas son insultados y regañados por no seguir los estándares estéticos impuestos por estas comunidades. Los autores del estudio, entre ellos el doctor Andrés Fontalba, afirman que el uso problemático de Internet está afectando de forma alarmante a la salud mental de jóvenes, generando trastornos de ansiedad y depresión, así como un aumento significativo de los TCA.
Redes sociales y comunidades peligrosas
El doctor Fontalba destaca cómo, a través de las redes sociales, las personas con TCA encuentran grupos que refuerzan sus conductas perjudiciales, compartiendo dietas extremas, trucos para adelgazar rápidamente, y promoviendo la ocultación de información a familiares y profesionales de la salud. Esta dinámica se ve potenciada por un modelo de comunicación jerárquico y autoritario, en el que un líder guía a los miembros del grupo a seguir sus directrices de manera impositiva.
El estudio también señala cómo la pandemia de COVID-19 exacerbó aún más este fenómeno, ya que el confinamiento y el aislamiento social hicieron que el uso de las redes sociales fuera aún mayor, lo que provocó una mayor insatisfacción corporal y la ansiedad por estar ausente de eventos sociales, lo que, a su vez, alimentó los trastornos alimenticios.
Un estudio revelador y un desafío urgente
Lo más sorprendente para los investigadores fue la cantidad de personas que forman parte de estos grupos: algunos alcanzan más de 8 mil miembros. Además, las personas se integran fácilmente a estos colectivos, lo que hace más difícil identificar los peligros que conllevan.
El equipo de la Facultad de Medicina de la Universidad de Málaga, compuesto por Claudia Ruiz, Raquel Cueto, José Miguel Peña y Andrés Fontalba, realizó un análisis cualitativo de contenido en seis plataformas digitales populares entre adolescentes y jóvenes adultos: TikTok, Instagram, Google blogs, Telegram, Facebook y Twitter. Durante su investigación, examinaron más de 50 recursos que promovían la anorexia y la bulimia, como videos, imágenes, entradas de blogs, chats y archivos.
Los resultados de este estudio subrayan un desafío urgente para la salud pública: la influencia de las redes sociales en la propagación de trastornos alimentarios y la necesidad de tomar medidas preventivas para frenar el impacto negativo en las futuras generaciones.