El té de mandarina es una bebida muy popular por su exquisito sabor, pero no tanto por sus amplios beneficios para la salud. Es que la fruta cuenta con nobiletina, una propiedad que, entre otras situaciones, previene la obesidad, reduce la diabetes y también la aterosclerosis. Es por ello que hoy analizaremos a fondo las bondades de dicha infusión.
Diversos estudios han demostrado que la cáscara del cítrico tiene la virtud de regular el colesterol en sangre, incluso mejor que distintos fármacos. Para ser más concretos, ahí se concentra 20 veces más la cantidad de compuestos llamados flavonas polimetoxilatados que en el jugo de la fruta. Incluso, especialistas sostienen que dichas sustancias ayudan a metabolizar mejor las grasas y triglicéridos del hígado.
En la misma línea, el té de mandarina refuerza el sistema cardiovascular gracias a su riqueza en potasio que actúa como diurético natural, al mismo tiempo que los flavonoides protegen las paredes de los vasos sanguíneos. Además, un té de estas características eliminará el ácido úrico gracias a su elevando el contenido de agua y ácido cítrico.
Y como si fuera poco, una infusión con dicho cítrico será crucial para combatir la anemia porque la vitamina C incrementa la absorción de hierro aportado por otros alimentos y favorece la producción de glóbulos rojos. En consecuencia, a las personas con esta patología se les sugiere tomar a diario una pequeña taza con este té. Y para elaborarlo no se necesitará de mucho esfuerzo, por lo que te invitamos a realizarla en sencillos pasos.
Infusión de cáscara de la fruta es simple de hacer y para ello deberás hervir una taza de agua y cuando alcance el punto máximo de ebullición agregaremos la cáscara de la mandarina, bajando el fuego y esperando 3 minutos más. Posteriormente, debemos añadir una cucharada de manzanilla o lavanda y dejaremos reposar para obtener un delicioso té de mandarina que podrá ser bebido frío o tibio.