CDMX, 23 de febrero del 2022.- El ‘pantallazo’ es la manera en que más se vulnera la intimidad de los usuarios de WhatsApp en México, además de que 42,8% padece adicción a la aplicación, según datos del Instituto Federal de Telecomunicaciones (IFT) analizados por la UNAM.
La herramienta adquirida por Mark Zuckerberg es una de las principales aplicaciones de mensajería instantánea del mundo, con más de 1.600 millones de usuarios, lo que la convierte en una plataforma sustancial para el trabajo diario, informó la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) en un comunicado.
Esto vuelve necesario revisar su plataforma de protección, pues no necesariamente asegura de la mejor manera la privacidad de sus internautas, consideró el académico de la Facultad de Estudios Superiores (FES) Aragón de la UNAM, Rubén Darío Vázquez.
Después de Facebook, WhatsApp es la aplicación más usada en México, según información del IFT.
De acuerdo con un estudio elaborado por la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales (FCPyS) de la UNAM y coordinado por Luis Ángel Hurtado Razo, el 96% de los mexicanos con acceso a internet utiliza WhatsApp entre seis y ocho horas diarias, además de que el 42,8% de las personas consultadas se consideró adicta a la app.
La muestra contempló a 1.253 personas de todo el país e identificó un aumento en el uso de la aplicación durante el confinamiento derivado del COVID-19, además de que se emplea en las esferas laboral, educativa, familiar, económica, comercial y otras.
El 66,67% de los usuarios de WhatsApp en México son mujeres, mientras que la mayoría de usuarios se ubica entre los 31 y los 40 años, distinguió Razo.
El analista universitario identificó que el llamado pantallazo o screenshot configura la principal fuga de información entre los usuarios de la app propiedad de Meta, empresa que ahora gestionará todas las plataformas de Mark Zuckerberg: Facebook, Instagram y WhatsApp.
El académico Rubén Darío Vázquez pidió recordar que a WhatsApp no le interesa leer las conversaciones entre sus usuarios, pero sí distinguir sus hábitos de navegación internet, geolocalización, las compras en línea y otros datos que se usan para construir perfiles mercadológicos que configuran, a su entender, el «oro negro» del siglo XXI.
«Esta información personal tiene un costo y se vende bien en el mercado de la publicidad y de la mercadotecnia. Si bien cada vez somos más conscientes del valor que tienen nuestros datos, no necesariamente lo estamos entendiendo de manera profunda», apuntó el experto de la UNAM.
«Parecería que este tipo de plataformas son gratuitas, pero no es así, se cobran con la información que recopilan y es puesta a la venta para crear pautas, espacios y más perfiles mercadológicos», agregó la UNAM.