El escenario político de México se ve ensombrecido por una ola de violencia que ha cobrado la vida de al menos 36 aspirantes a cargos políticos, en el marco del que se considera el proceso electoral más grande en la historia del país. Este clima de temor y desconfianza ha sembrado preocupación tanto en la sociedad civil como en los partidos políticos, pero también ha puesto bajo los reflectores a un sector en particular: el crimen organizado.
El reporte de la asociación Data Cívica, titulado «Votar entre Balas», revela un sombrío panorama en el que militantes de prácticamente todos los partidos se han visto afectados por la violencia política. Los ataques se han dirigido «contra cualquier persona y partido que pueda poner en riesgo los acuerdos ilegales entre autoridades y crimen organizado», según señala el informe.
Morena y el PAN, dos de los principales partidos en contienda, han sufrido significativas pérdidas. Asesinatos como los de Miguel Ángel Cruz Robles, Dagoberto García Rivera y Ricardo Taja Ramírez, abanderados de Morena, han generado consternación en el ámbito político.
Por su parte, el PAN también ha lamentado la pérdida de figuras como Javier Torres Barrera, Alejandro Lanuza Hernández y Jaime Dámaso Solís, quienes fueron víctimas de la violencia política en distintas regiones del país.
La situación se torna aún más preocupante al considerar que la mayoría de las víctimas se encontraban abanderadas por candidaturas a nivel municipal. Este hecho refleja la vulnerabilidad de quienes aspiran a cargos locales, enfrentándose a un entorno de violencia e inseguridad que pone en peligro su integridad y la estabilidad del proceso electoral.
La prensa internacional ha dirigido su atención hacia México ante esta escalada de violencia, planteando interrogantes sobre la capacidad del gobierno para garantizar la seguridad de los candidatos y de los ciudadanos en general. La preocupación por el futuro democrático del país se ha extendido más allá de sus fronteras, resaltando la urgencia de abordar este problema y proteger el ejercicio libre y justo de la voluntad popular.