En un sorpresivo giro en la política bilateral, la Cámara de Representantes de Estados Unidos decide frenar más de 60 millones de dólares en proyectos de ayuda para México, apuntando a la supuesta «falta de compromiso» en la batalla contra el tráfico de fentanilo.
El representante republicano, Alex Mooney, señala que la nación mexicana no merece beneficios económicos mientras se mantenga permisiva ante la producción de una droga que ha cobrado la vida de cientos de miles de estadounidenses. Esta decisión llega en un contexto en el que el presidente Biden ha priorizado la lucha contra el fentanilo, reforzando herramientas de sanción y proyectando una expansión «agresiva» de operaciones en México para el 2025.
En diciembre de 2021, Biden modernizó las facultades sancionatorias del Departamento del Tesoro de EE. UU., con el objetivo de afrontar los cambios en el comercio mundial de drogas ilícitas. El panorama se agrava con la intención del Departamento de Seguridad Nacional de profundizar investigaciones contra cárteles mexicanos y el compromiso de Biden de combatir el tráfico ilegal de armas, que ha visto un incremento de decomisos del 300% en la frontera.
La suspensión de esta ayuda financiera no solo refleja tensiones políticas, sino que podría repercutir en la economía mexicana. México, principal socio comercial de Estados Unidos, podría enfrentar retos en el crecimiento económico, empleo, comercio exterior y exportaciones.
La suspensión podría afectar áreas vitales como exportaciones clave, con máquinas y unidades de procesamiento de datos liderando las ventas en 2022, valuadas en 39,927 millones de dólares. Además, cambios en políticas tecnológicas estadounidenses podrían impactar la cooperación científica y tecnológica entre México, Canadá y EE. UU., influenciando el desarrollo e innovación tecnológica del país.
El escenario político y económico entre México y Estados Unidos se encuentra en una coyuntura crítica. La suspensión de ayuda financiera y las políticas proteccionistas de Estados Unidos amenazan con afectar diversos sectores de la economía mexicana. Será fundamental que México desarrolle estrategias proactivas para adaptarse y mitigar posibles efectos adversos.