Estados Unidos planea usar drones contra cárteles y México responde con un rotundo no

En medio de informes que señalan que la administración de Donald Trump está considerando ataques con drones contra cárteles mexicanos, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha expresado su firme oposición a cualquier acción militar unilateral en territorio nacional. Según un reporte de NBC News, funcionarios estadounidenses han discutido la posibilidad de llevar a cabo estas operaciones, buscando la cooperación de México, aunque no descartan actuar sin su consentimiento. ​

 

Sheinbaum respondió categóricamente, enfatizando que México no permitirá intervenciones extranjeras en su territorio. «No estamos de acuerdo en ninguna intervención o injerencismo. Nos coordinamos, no nos subordinamos», declaró durante una conferencia de prensa. La mandataria subrayó que la solución al problema del narcotráfico radica en atender las causas y garantizar cero impunidad, no en acciones militares foráneas. ​

 

La relación entre ambos países se encuentra en una encrucijada. Mientras que la administración Trump busca intensificar sus esfuerzos contra los cárteles, incluso designándolos como organizaciones terroristas, México insiste en que cualquier acción debe respetar su soberanía y ser resultado de una colaboración mutua. Sheinbaum ha reiterado que, aunque están abiertos a la cooperación, no tolerarán acciones unilaterales que violen la integridad territorial del país. ​

 

Por su parte, Karoline Leavitt, portavoz de la Casa Blanca, reconoció las medidas que México ha implementado contra los cárteles, pero evitó comentar directamente sobre la posibilidad de ataques con drones. «La relación entre la presidenta Sheinbaum y el presidente Trump es bastante buena», mencionó Leavitt, destacando la comunicación directa entre ambos líderes en temas de seguridad y migración. ​

 

Este posible curso de acción por parte de Estados Unidos ha generado preocupación en diversos sectores, tanto en México como en la comunidad internacional. Expertos advierten que una intervención militar sin el consentimiento de México podría tensar aún más las relaciones bilaterales y tener repercusiones negativas en la cooperación en otros ámbitos. Además, se teme que tales acciones puedan exacerbar la violencia en lugar de mitigarla.​

 

En este contexto, la postura de México es clara: rechazar cualquier intervención militar extranjera y buscar soluciones conjuntas que respeten la soberanía y aborden las raíces del problema del narcotráfico. La comunidad internacional observa atentamente cómo evolucionará esta situación y qué medidas adoptarán ambos gobiernos en los próximos días.​

 

 

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