Estados Unidos e Irán se sientan cara a cara en Omán: ¿se reactivará el acuerdo nuclear?

¿Diálogo o confrontación? En medio de amenazas, desconfianza y tensión regional, Estados Unidos e Irán reanudan negociaciones nucleares directas este fin de semana en Omán. Será la primera vez que ambos gobiernos se sienten en la misma mesa desde la ruptura del acuerdo en 2018.

 

La Casa Blanca confirmó este viernes que las conversaciones serán cara a cara, una decisión que marca un cambio de tono diplomático. “Estas serán conversaciones directas con los iraníes, y quiero dejar eso muy claro”, dijo Karoline Leavitt, vocera del gobierno de Joe Biden. El objetivo: buscar un nuevo acuerdo que limite el programa nuclear iraní, a cambio del levantamiento de sanciones económicas.

 

Aunque Teherán ha sido renuente al contacto directo, el asesor Ali Shamjani afirmó que su país no busca “espectáculos mediáticos”, sino un acuerdo real y justo. Sin embargo, también lanzó advertencias: si persiste la presión internacional, Irán expulsará a los inspectores del OIEA (Organismo Internacional de Energía Atómica) y podría reubicar su material nuclear.

 

“Estamos abiertos al diálogo, pero no toleraremos amenazas ni sanciones unilaterales”, advirtió Shamjani, dejando claro que su país no cederá fácilmente.

 

Mientras tanto, el expresidente Donald Trump, ahora nuevamente en campaña y con fuerte influencia en la política exterior, aseguró que si la diplomacia falla, la intervención militar está sobre la mesa. “Israel será clave en cualquier acción”, afirmó, encendiendo aún más los ánimos en Medio Oriente.

 

EE.UU. quiere evitar que Irán siga enriqueciendo uranio a niveles cercanos al uso militar.

 

Irán quiere levantar sanciones que ahogan su economía, sin renunciar a su soberanía.

 

Ambas partes reconocen que hay poco margen de error. La región vive una escalada de tensión debido a los ataques entre Israel y aliados de Irán como Hamás y Hezbolá, lo que hace que cualquier paso en falso pueda desatar un conflicto mayor.

 

El pequeño pero influyente sultanato de Omán vuelve a tomar el papel de mediador regional, como ya lo ha hecho en conflictos pasados. Ahí se reunirán el enviado especial estadounidense Steve Witkoff y el canciller iraní Abás Araqchi, en un esfuerzo por frenar el deterioro de las relaciones bilaterales.

Aunque la desconfianza es profunda, ambas delegaciones llegan con propuestas sobre la mesa. La gran pregunta es si podrán romper el ciclo de amenazas y sanciones, y dar paso a una etapa de cooperación.

 

Por ahora, lo único seguro es que el mundo estará mirando hacia Omán este fin de semana.

 

 

 

 

 

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