Ciudad de México, a 27 de junio de 2023.- Generalmente nos pasamos los primeros años de nuestra vida, en la escuela, aprendiendo qué hace cada órgano. Sin embargo, cuando salimos del colegio, puede que no tengamos clara la función de los músculos en el cuerpo.
Éste es un grave error porque los músculos son tan importantes como los órganos para que podamos vivir. Facilitan los movimientos que realizamos, contienen el esqueleto y trabajan a la par de los otros aparatos.
Podemos coincidir, entonces, en que una musculatura desarrollada no es sólo una necesidad únicamente estética. Por el contrario, como veremos a continuación es fundamental mantener los músculos sanos por otras razones.
La función de los músculos en el cuerpo
¿Qué clases de músculos hay?
El sistema muscular, que supone el 40% del peso de nuestro organismo, está formado por tres tipos de músculos. Músculos esqueléticos, músculos lisos y músculos cardíacos, cada uno de los cuales tiene funciones específicas.
-Esqueléticos: se tratan de los que más tiene nuestro cuerpo. Están pegados al esqueleto mediante tendones, que son conocidos como músculos estriados. Estos son los encargados de recibir las órdenes de nuestro sistema nervioso para realizar movimientos voluntarios y permitir que nuestro cuerpo tenga locomoción. También se les conoce como músculos voluntarios.
-Lisos: se les conocen también como involuntarios, con aspecto liso en lugar de estriado, están formado por fibras. Este tipo, por lo general, no los podemos controlar ya que es el sistema nervioso quien lo hace. Aquí encontramos músculos como los intestinos o las paredes del estómago. No se cansan tan fácilmente como los esqueléticos y pueden permanecer contraídos más tiempo.
–Cardíaco: es aquel que se encuentra en el corazón, y uno de los más importantes de nuestro cuerpo. Las paredes de este músculo están formadas por fibras musculares y su movimiento es involuntario, no lo podemos controlar. Cuando late, expulsa sangre al corazón, que es lo que permite el pulso rítmico y el bombeo del mismo.
Principales acciones
Estabilidad y contracción
El poder de contracción de los músculos es el que nos permite caminar, correr, saltar o incluso levantar pesas. Aunque no podamos verlo, esos pequeños movimientos van acompasados de desplazamientos del torrente sanguíneo como de los respectivos huesos, evitando que se produzcan lesiones con motivo del esfuerzo.
Facilitar la función de otros órganos
Al favorecer los movimientos involuntarios de los demás sistemas, son esenciales para preservar su bienestar. Ayudan entonces con el tránsito intestinal en el aparato digestivo, facilitan la fertilización del óvulo en la mujer, etc.
Generan calor
La temperatura corporal adecuada es indispensable para que no nos descompensemos y logremos sobrevivir. Inmediatamente el sistema nervioso «avisa» a los músculos que la temperatura corporal está bajando, éstos comienzan a contraerse para producir energía calórica y equilibrar la sensación térmica del metabolismo.
Otras funciones
Yendo más lejos, gracias a los músculos podemos sonreír o mostrar gestos de desagrado. Es decir, relacionarnos. Por todo esto es que son imprescindibles y debemos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para protegerlos.
El más fuerte, en relación a su tamaño, lo tenemos en la cabeza y es el masestero que se encarga de de cerrar y retraer la mandíbula.
Por último, una actividad tan cotidiana como reír, necesita mover 17 músculos, mientras que para poner cara de enfado utilizamos 43 músculos del cuerpo humano.