Por Juan Pablo Ojeda
Este jueves, el Ejército israelí intensificó su ofensiva contra la milicia chií Hezbolá, lanzando bombardeos en el centro de Beirut que han dejado al menos nueve muertos y un número indeterminado de heridos. Esta es la segunda ocasión en un año que se producen ataques de este tipo, mientras los enfrentamientos se intensifican en la frontera entre Israel y Líbano.
El ataque se centró en el cuartel general de inteligencia de Hezbolá y su oficina de comunicación. Según el Ministerio de Salud Pública del Líbano, al menos nueve personas perdieron la vida y catorce resultaron heridas, aunque se están realizando análisis de ADN en el lugar para determinar el recuento final de víctimas.
Los bombardeos afectaron principalmente la zona de Dahye, en Beirut, incluyendo los barrios de Haret Hreik y Burj al Barajna. Uno de los edificios atacados colapsó completamente, y se reportó la destrucción de un centro de atención médica vinculado a Hezbolá, donde, según informes, se utilizaron “bombas de fósforo prohibidas internacionalmente”.
Mientras tanto, la ofensiva israelí se extendió hacia el sur y este del Líbano, donde se localizan los principales bastiones de Hezbolá. Un soldado libanés murió en un ataque a un convoy de la Cruz Roja que evacuaba a víctimas, lo que subraya la gravedad de la situación humanitaria en la región. Desde el inicio de los ataques, cerca de 2,000 personas han muerto en Líbano y más de 1.2 millones han sido desplazadas.
En medio de esta crisis, el Ejército israelí ordenó la evacuación de varios pueblos en el sur de Líbano, incluyendo Nabatieh, una de las localidades más afectadas por los bombardeos recientes. La evacuación es parte de una serie de medidas adoptadas por Israel, que también afirma haber eliminado a unos 60 combatientes de Hezbolá en los últimos días.
Por su parte, Hezbolá ha respondido lanzando al menos 120 cohetes hacia territorio israelí, varios de los cuales fueron interceptados, mientras que otros causaron daños. Además, los rebeldes hutíes de Yemen afirmaron haber llevado a cabo un ataque con drones contra Tel Aviv, mostrando el alcance de la tensión regional.
En el ámbito internacional, el presidente iraní, Masud Pezeshkian, reafirmó el apoyo de Irán a las «facciones de la resistencia» en Palestina y Líbano, advirtiendo que Israel «no podrá acabar» con ellas. Irán también protestó ante los embajadores de Alemania y Austria por la condena del G7 respecto a un ataque contra Israel, pidiendo que se centren en detener el conflicto en Gaza y Líbano.
El Ministerio de Exteriores de Rusia también se pronunció, afirmando que está en «estrechísimo contacto» con Irán debido a la creciente tensión en Medio Oriente, lo que sugiere que la situación sigue siendo inestable y podría escalar aún más.