Durante generaciones, el desayuno fue considerado la comida más importante del día. Sin embargo, en los últimos años, el auge del ayuno intermitente ha puesto en duda esta creencia. ¿Realmente necesitamos desayunar para estar saludables? La respuesta no es tan simple como parece.
Los defensores del desayuno tradicional, como la dietista Marissa Meshulam, argumentan que esta comida ayuda a restablecer los niveles de glucosa después del ayuno nocturno y proporciona nutrientes esenciales para comenzar el día con energía. Un desayuno equilibrado que incluya proteínas, grasas saludables y fibra puede mejorar la concentración y regular el apetito durante la jornada.
Por otro lado, investigaciones recientes sugieren que omitir el desayuno no necesariamente es perjudicial. El ayuno intermitente, practicado de forma controlada, ha demostrado beneficios como mejorar la sensibilidad a la insulina y promover procesos de regeneración celular. Esta práctica, que alterna periodos de alimentación con otros de ayuno, ha ganado popularidad como alternativa nutricional.
Sin embargo, los estudios también advierten sobre posibles riesgos de saltarse sistemáticamente el desayuno. Investigaciones publicadas en el Journal of the American Heart Association vinculan esta práctica con mayor riesgo de resistencia a la insulina, especialmente en personas con diabetes, y problemas cardiovasculares como hipertensión. Además, puede provocar mayor hambre y dificultades de concentración durante el día.
El ayuno intermitente, aunque prometedor, no es una solución mágica. Expertos como el Dr. Alberto Cormillot señalan que su efectividad depende en gran medida de lo que se consuma durante las ventanas de alimentación. «El ayuno solo posterga la próxima comida. Si luego se come en exceso o alimentos poco saludables, no sirve de nada», explica el especialista.
Al final, la clave parece estar en la flexibilidad y la atención a las señales del cuerpo. Algunas personas funcionan mejor con un desayuno nutritivo, mientras que otras se sienten más cómodas retrasando su primera comida. Lo fundamental, coinciden los nutricionistas, es mantener una alimentación equilibrada y hábitos sostenibles a largo plazo, independientemente del horario en que se consuman los alimentos.