CDMX, 17 de abril del 2023.- La artrosis es una de las enfermedades más comunes entre las personas de la tercera edad. Se trata de una afección degenerativa que afecta a los tejidos y huesos del cuerpo, generalmente en las articulaciones. Esta condición puede ser muy debilitante y dolorosa para los pacientes, por lo que es importante prevenirla tanto como sea posible. Afortunadamente, hay algunas medidas sencillas que se pueden tomar para reducir el riesgo de desarrollar artrosis en la tercera edad.
En primer lugar, es importante mantenerse activo físicamente. Esto significa realizar ejercicio regularmente para mejorar la flexibilidad y la fuerza muscular. Los ejercicios cardiovasculares, como caminar o nadar, son especialmente beneficiosos para mantener la salud ósea y prevenir la artrosis en la tercera edad. También es importante mantener un peso saludable ya que el exceso de peso puede aumentar el riesgo de desarrollar artrosis.
Además, hay algunos alimentos que se pueden agregar a la dieta para ayudar a prevenir la artrosis en la tercera edad. Algunos alimentos que son ricos en antioxidantes, como frutas y verduras frescas, pueden ayudar a reducir el daño oxidativo en el cuerpo y prevenir el desgaste óseo causado por la artrosis. También es importante limitar el consumo de grasas saturadas ya que estas grasas pueden contribuir al daño óseo asociado con esta condición.
Por último, hay varios suplementos nutricionales disponibles para ayudar a prevenir la artrosis en la tercera edad. Los suplementos más comunes incluyen glucosamina y condroitina, que ayudan a reponer los componentes del cartílago dañado por esta condición. Otros suplementos comúnmente recomendados incluyen omega-3 y vitamina D, ambos con propiedades antiinflamatorias que ayudan a reducir el dolor causado por esta dolencia.
Es importante tener en cuenta que prevenir la artrosis no solo se trata de tomar medidas preventivas sino también de consultar al médico si experimentamos algún tipo de dolor o rigidez persistentes en nuestras articulaciones. El diagnóstico temprano es clave para un tratamiento exitoso, así como para prevenir complicaciones mayores relacionadas con esta condición crónica causada por el envejecimiento natural del cuerpo humano.