Con la aprobación de la Ley Silla en México, que reconoce el derecho de los empleados a contar con un asiento con respaldo durante su jornada laboral, se abre un debate interesante: ¿cómo afecta el descanso físico y mental a la productividad en las empresas? Aunque algunos puedan considerar que esto podría reducir el desempeño, investigaciones y expertos señalan lo contrario.
El impacto del descanso en la salud física y mental
Un estudio publicado en la revista Americana de Epidemiología demostró que trabajar de pie durante largos períodos aumenta el riesgo de enfermedades cardíacas en comparación con permanecer sentado. Este hallazgo resalta la importancia de ofrecer condiciones que permitan alternar entre ambas posiciones para proteger la salud de los colaboradores.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) advierte que jornadas excesivas, cargas de trabajo desproporcionadas y falta de apoyo en el lugar de trabajo son factores que contribuyen al síndrome de burnout, un cuadro de agotamiento mental y emocional. Las consecuencias incluyen trastornos del sueño, problemas cardiovasculares y afectaciones significativas a la salud mental.
Por su parte, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) informa que los trastornos musculoesqueléticos y el estrés relacionado con el trabajo son dos de las principales causas de incapacidad laboral en el país.
¿Afecta el descanso la productividad?
Lejos de perjudicar el rendimiento, expertos de Adecco explican que las pausas regulares son fundamentales para mejorar la concentración y mantener altos niveles de productividad. Estudios recientes muestran que, al permanecer enfocados en una sola tarea por largos periodos, el cerebro se acostumbra, disminuyendo el desempeño.
“Tomar descansos breves ayuda a reagruparnos y concentrar nuestra atención, lo que al final evita caer en la improductividad”, destaca la firma. Sin embargo, señalan que los descansos prolongados pueden ser contraproducentes, ya que generan fatiga y aburrimiento.
La clave está en encontrar un equilibrio: pausas cortas y estratégicas que recarguen la energía sin romper la dinámica laboral.
El papel de los empleadores en el bienestar laboral
La Organización Mundial de la Salud (OMS) subraya que las empresas deben gestionar los riesgos psicosociales mediante intervenciones que mejoren las condiciones laborales. Estas incluyen modalidades de trabajo flexibles, herramientas para prevenir el acoso y la violencia en el trabajo, y estrategias para fomentar el equilibrio entre la vida personal y profesional.
Un entorno laboral saludable no solo protege la salud física y mental de los empleados, sino que también contribuye a una cultura empresarial más sólida y sostenible.
Conclusión: el descanso como aliado del rendimiento
El debate sobre la relación entre descanso y productividad deja claro que el equilibrio es fundamental. La implementación de la Ley Silla no solo garantiza un derecho básico, sino que invita a reflexionar sobre la importancia de cuidar a los colaboradores para construir equipos más fuertes y efectivos.
Pequeñas intervenciones, como pausas estructuradas y espacios ergonómicos, pueden marcar una gran diferencia en la salud y el desempeño. Al final, invertir en el bienestar de los empleados es una estrategia que beneficia a todos.