El entrenamiento de fuerza se ha convertido en una de las actividades más populares dentro del mundo del fitness, especialmente entre las generaciones más jóvenes. Si bien muchas veces se asocia con el levantamiento de pesas de gran intensidad, este tipo de ejercicio puede tener grandes beneficios cuando se realiza de forma adecuada y adaptada a la edad y el desarrollo físico de la persona. En este artículo, abordamos la pregunta: ¿desde qué edad es recomendable comenzar con el entrenamiento de fuerza?
El auge del fitness en las generaciones más jóvenes
En los últimos años, el culto al cuerpo ha ganado protagonismo, especialmente a través de las redes sociales, donde las imágenes perfectas y las figuras esculpidas son tendencia. Esta preocupación por la imagen ha impulsado un crecimiento significativo en la industria del fitness, que ha experimentado un aumento del 20% en los últimos cuatro años, con la Generación Z a la vanguardia.
El entrenamiento de fuerza, que incluye ejercicios como levantamientos olímpicos y rutinas de pesas, ha ganado popularidad y se posiciona como una de las principales tendencias en 2023 y 2025, según el Colegio Americano de Medicina del Deporte. Sin embargo, no está exento de controversias, principalmente en lo que respecta a su práctica en edades tempranas.
Desmitificando el entrenamiento de fuerza en jóvenes
Uno de los mitos más comunes es que levantar pesas en edades tempranas puede frenar el crecimiento y dañar el desarrollo óseo y muscular. Sin embargo, estudios científicos han demostrado que los beneficios del entrenamiento de fuerza son más que positivos, siempre y cuando se realice bajo una adecuada supervisión y técnica.
El entrenamiento de fuerza ayuda a mejorar la composición corporal (aumentando la masa muscular y reduciendo la grasa corporal), previene lesiones y favorece el desarrollo de habilidades motoras. Además, se ha asociado con una reducción de los síntomas de depresión y una mejora en el rendimiento académico en adolescentes. Es importante destacar que este tipo de ejercicio también puede ser una herramienta efectiva para prevenir enfermedades crónicas en la edad adulta.
¿Desde qué edad es adecuado comenzar?
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que los niños y adolescentes realicen al menos tres días a la semana de ejercicio de fuerza, dentro de un programa general de actividad física que incluya al menos una hora diaria de ejercicio. Esta recomendación no implica que los jóvenes deban comenzar a levantar grandes cargas desde pequeños, sino que el entrenamiento debe estar centrado en el desarrollo de la fuerza de manera progresiva y controlada.
El entrenamiento debe adaptarse a la etapa de desarrollo de cada persona, priorizando la calidad técnica sobre la cantidad de carga. En lugar de seguir rutinas de adultos, es importante que los menores trabajen ejercicios específicos que les ayuden a mejorar su fuerza y coordinación sin comprometer su crecimiento físico.
¿Cómo asegurarse de que el entrenamiento sea adecuado?
El principal enfoque al entrenar fuerza en jóvenes debe ser la correcta ejecución de los movimientos. El uso de pesos muy elevados o ejercicios inadecuados puede provocar lesiones. Por lo tanto, es fundamental trabajar con un profesional cualificado que supervise y ajuste las rutinas a las necesidades y capacidades del joven.
Los entrenadores personales y educadores físicos son quienes mejor pueden adaptar los programas de entrenamiento y asegurarse de que los ejercicios sean apropiados para cada etapa de crecimiento. Además, es importante que los adolescentes progresen lentamente en la carga, respeten los descansos y se mantengan atentos a cualquier señal de fatiga excesiva.
El entrenamiento de fuerza no solo es seguro para los jóvenes, sino que puede ofrecerles grandes beneficios si se realiza correctamente. La clave está en empezar con rutinas adaptadas a la edad, priorizando la técnica y la seguridad. Con la orientación adecuada, los jóvenes pueden disfrutar de todos los beneficios de la fuerza sin poner en riesgo su salud física y mental.