La mordida cruzada es una forma de maloclusión dental que afecta la alineación natural entre los dientes superiores e inferiores. En una mordida normal, los dientes superiores se sitúan ligeramente por delante de los inferiores al cerrar la boca. Sin embargo, en una mordida cruzada, esta relación se invierte, lo que puede causar problemas estéticos y funcionales importantes.
Este trastorno puede manifestarse en diferentes formas, clasificándose en mordida cruzada anterior, posterior, unilateral o bilateral. La anterior afecta a los dientes frontales, mientras que la posterior impacta en molares y premolares. La mordida cruzada unilateral ocurre en un solo lado de la boca, causando asimetrías faciales y problemas potenciales en la articulación temporomandibular (ATM).
Los orígenes de esta condición varían; puede ser esquelética, originada por un desarrollo desigual de los maxilares, o dentaria, debido a la posición incorrecta de los dientes. A menudo, es una combinación de ambos factores, conocida como mordida cruzada mixta.
Las causas de la mordida cruzada incluyen tanto factores genéticos como ambientales. La genética puede predisponer a condiciones como maxilares estrechos o dientes apiñados. Entre los factores ambientales se encuentran hábitos como la respiración oral, la deglución atípica, y el uso prolongado de chupetes, que pueden influir en el crecimiento y la posición de los huesos y dientes.
El diagnóstico temprano y el tratamiento son cruciales para evitar complicaciones como desgaste dental, problemas de ATM, y dificultades para masticar y hablar. En niños, el tratamiento es más efectivo y menos complicado, aprovechando su crecimiento óseo para guiar la posición correcta de los dientes y maxilares mediante ortodoncia interceptiva.
Para los adultos, aunque el tratamiento puede ser más desafiante debido a que el crecimiento óseo ya ha finalizado, sigue siendo posible corregir la mordida cruzada. Los tratamientos pueden incluir ortodoncia correctiva con aparatos fijos o removibles y, en casos severos, cirugía ortognática para ajustar la posición de los maxilares.
Independientemente de la edad, enfrentar este problema ortodóntico puede mejorar significativamente tanto la función como la estética de la boca, promoviendo una mejor salud bucal y calidad de vida.