Una enfermera neonatal británica fue condenada a cadena perpetua el lunes por el asesinato de siete bebés y el intento de asesinato de otros seis mientras trabajaba en un hospital del norte de Inglaterra.
Lucy Letby, de 33 años, fue declarada culpable por un jurado de la Corte de la Corona de Manchester de asesinar a los bebés durante un año en el que se aprovechó de las vulnerabilidades de los bebés enfermos y sus padres angustiados.
Las víctimas, incluidos dos niños trillizos, fueron asesinados en la unidad neonatal del Hospital Condesa de Chester en el noroeste de Inglaterra, entre junio de 2015 y junio de 2016.
El juez James Gross dijo que Letby era «un peligro para la sociedad» y que nunca debería ser liberada de prisión.
«Sus actos fueron una traición a la confianza depositada en ella por los padres de estos bebés», dijo el juez. «Ella los atacó cuando estaban en su momento más vulnerable».
Los padres de las víctimas expresaron su consternación por el veredicto y dijeron que nunca podrán olvidar lo que Letby hizo a sus hijos.
«Nuestras vidas se han arruinado», dijo el padre de uno de los bebés asesinados. «Nunca podremos perdonar a Letby por lo que hizo».
El caso de Letby es uno de los más horribles crímenes de la historia reciente. Es un recordatorio de la importancia de la seguridad del paciente y de la necesidad de estar alerta ante cualquier persona que pueda suponer una amenaza para los niños.