Un paraíso turístico se ha convertido en el centro de una controversia que sacude al estado de Jalisco. El popular destino «Camino Real del Tigre», ubicado en el pintoresco pueblo mágico de Mazamitla, ha sido clausurado por la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) tras descubrirse graves irregularidades en el manejo de animales, incluyendo especies en peligro de extinción.
Lo que parecía ser un refugio para la vida silvestre y un atractivo para los amantes de la naturaleza, resultó ser un nido de irregularidades. La Profepa, actuando sobre denuncias ciudadanas, realizó una inspección exhaustiva que reveló un panorama desolador:
- Falta de planes de manejo para especies como jaguares, monos araña y guacamayas verdes.
- Ausencia de documentación que acredite la procedencia legal de numerosos animales.
- Posesión de ejemplares no enlistados en los documentos presentados.
Entre los hallazgos más alarmantes se encuentra la presencia de:
- 5 leones
- 3 jaguares
- 2 monos (araña y capuchino)
- 4 búfalos de agua
Todos estos animales carecían de la documentación necesaria que avalara su legal posesión, lo que levanta serias sospechas sobre posible tráfico de especies.
La Profepa ha ordenado el aseguramiento precautorio de 34 ejemplares vivos. Sin embargo, en un giro sorprendente, se ha permitido que los administradores del predio continúen con las actividades diarias de alimentación y cuidado de los animales, bajo estricta supervisión.
Este caso pone de manifiesto la urgente necesidad de regular y supervisar los centros de exhibición de animales en México. La clausura de «Camino Real del Tigre» es un recordatorio de que el entretenimiento nunca debe estar por encima del bienestar animal y la conservación de especies.
Mientras el caso sigue desarrollándose, queda la pregunta: ¿Cuántos más «Caminos del Tigre» existen en México, operando bajo la fachada de atracciones turísticas?