Ciudad de México, a 14 de junio de 2023.- Existe una propuesta de reforma a la ley laboral en México que reduciría la jornada laboral de 48 a 40 horas. Sin embargo, algunas empresas y organizaciones empresariales se oponen a la reforma por diversas razones. Argumentan que la reforma tendría consecuencias negativas, como falta de condiciones reales, duro golpe a la economía e insuficiente tiempo para adaptarse a la nueva ley.
El presidente de la CCE, Francisco Cervantes, también ha manifestado su oposición a la reforma y ha llamado a «ponerse manos a la obra» en su lugar.
La jornada laboral en México propone reducir la semana laboral de 48 a 40 horas. Si se llegara a aprobar, los trabajadores podrian obtener los siguientes beneficios:
- Mayor tiempo libre para descansar y pasar tiempo con la familia.
- Mayor tiempo para realizar actividades personales y de ocio.
- Mayor tiempo para estudiar y capacitarse.
- Mayor tiempo para cuidar la salud y hacer ejercicio.
- Mayor tiempo para participar en actividades sociales y comunitarias.
Además, la reforma busca mejorar las condiciones de trabajo de los empleados en todo el país. Sin embargo, es importante tener en cuenta que la reforma es un tema controvertido y que hay diferentes opiniones y preocupaciones de las empresas, los trabajadores y los sindicatos.
Las empresas y organizaciones empresariales que se oponen a la reforma de la jornada laboral en México argumentan que la reforma tendría las siguientes desventajas:
- Falta de condiciones reales.
- Duro golpe a la economía.
- Falta de personal.
- Turnos incompletos.
- No toda la industria puede aplicar el nuevo horario.
- Falta de apoyos económicos para empresas.
- Graves consecuencias económicas para pymes.
Además, la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y la Cámara Nacional de la Industria de la Transformación (Canacintra) señalaron que no es el momento para aprobar una reforma que disminuya las horas o días de trabajo debido a que las empresas tienen vacantes y estas no se están cubriendo. Por lo tanto, las empresas creen que la reforma tendría un impacto negativo en la economía y en las empresas, y que no hay condiciones reales para implementarla.