Por Bruno Cortés
Hoy, 10 de diciembre, en el Día Internacional de los Derechos Humanos, Emilio Álvarez Icaza lanzó un duro mensaje desde su cuenta de Twitter, haciendo un balance crítico de la situación en México. Y no es para menos. Este país, que alguna vez quiso ser referente de solidaridad y justicia, está atrapado en una crisis de derechos humanos que afecta todos los rincones de la vida pública y privada.
Una ola de violencia que no cesa
La cifra es escalofriante: más de 200 mil muertos y 50 mil desaparecidos en el sexenio pasado, y el actual gobierno sigue por el mismo camino. En tan solo dos meses, ya se contabilizan 4 mil 500 homicidios. Estas estadísticas no son solo números; son vidas, familias destrozadas y comunidades aterradas. La violencia se ha convertido en una violación sistemática al derecho más básico: el de vivir.
La libertad de expresión, bajo ataque
El panorama para periodistas y defensores de derechos humanos es desolador. México es un país donde informar puede costar la vida y donde la censura, combinada con la pérdida de espacios de expresión, ahoga cada vez más la democracia. Y lo peor: los ataques a defensores del medio ambiente han alcanzado niveles alarmantes, todo bajo el manto de la impunidad.
Crisis en salud, educación y migración
Los derechos sociales no están mejor. La salud pública retrocede con recortes presupuestarios que golpean a los más vulnerables. En educación, los retrocesos son evidentes; hay menos niños en las aulas, un duro recordatorio de que estamos dejando a generaciones enteras sin oportunidades. Y la migración, que alguna vez fue motivo de orgullo por nuestra solidaridad, ahora es un calvario: México se ha convertido en un lugar de muerte, extorsión y amenazas para quienes buscan un futuro mejor.
La militarización: el problema más grave
Quizás el punto más preocupante sea la militarización de la vida pública. Morena no solo ha militarizado la seguridad, sino también entregado más poder y recursos que nunca a las Fuerzas Armadas, dejándolas como protagonistas de labores que deberían pertenecer a instituciones civiles. Esto representa una amenaza directa a la democracia y al equilibrio de poderes.
En un día destinado a celebrar los derechos humanos, Álvarez Icaza nos recuerda que en México no hay mucho que celebrar. Su mensaje es un llamado a levantar la voz por la democracia, la dignidad y la paz, en un país que parece haberlas perdido.