CDMX, 28 de octubre del 2022.- Si México ha tenido un testigo fiel en su historia es el xoloitzcuintle, un perro que se ha preservado desde tiempos prehispánicos y que sobrevivió a la llamada conquista española y a una alerta de extinción para convertirse en una de las razas favoritas de mexicanos y extranjeros.
Se trata de un perro pelón [aunque existen ejemplares con pelo] que se ha preservado con el paso de los siglos gracias a su peculiaridad genética.
En redes sociales y plataformas de venta en línea se ofertan crías de xoloitzcuintle en cifras que van desde los 3.500 pesos (175 dólares) hasta en 35.000 pesos (1.750 dólares) con certificación de raza (pedigree). «Envíos nacionales e internacionales. Cachorros mariposas ya tatuados, con chip», se lee en una de las decenas de ofertas. Sin embargo, de acuerdo con Aarón Cadena, dueño de cuatro ‘xolos’ y amante de esta raza, hay ejemplares que incluso pueden rondar los 100.000 pesos (5.000 dólares) si se trata de un perro de competencia.
El xoloitzcuintle es un perro endémico mexicano.
© Foto : Cortesía de Aarón Cadena
Y es que desde el siglo pasado, investigadores se interesaron por la historia de este animal y comenzaron a estudiarlo como un personaje representativo de los tiempos pasados, encumbrándolo como un símbolo nacional, explica en entrevista Raúl Valadez, del Instituto de Investigaciones Antropológicas (IIA) de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Pero fue en la segunda mitad del siglo pasado, cuando estos perros se catapultaron como un símbolo nacional y su figura ligada a una élite artística del país latinoamericano con personajes como Frida Kahlo y Diego Rivera, además de Juan O’Gorman, quienes eligieron a los estos canes como sus animales de compañía.
«Eso permite darle una posición, un sitio, dentro del legado cultural antiguo, pero presente con el mexicano actual», apunta el académico.
La historia de los ‘xolos’
Se sabe que estos perros pelones aparecieron por primera vez hace unos 2.000 años en la franja que va desde Nayarit hasta Guerrero, en donde la población decidió no sacrificarles al considerar que la aparición de un can tan peculiar obedecía a una decisión de los dioses. Fue así como esta raza recibió su nombre: xoloitzcuintle. En náhuatl significa perro raro o perro arrugado y este tipo de can fue adorado como cualquier otro.
Xoloitzcuintle significa ‘perro raro’ o ‘perro arrugado’ en náhuatl
© Foto : Cortesía de Aarón Cadena
En la época prehispánica, los perros en general, eran considerados como símbolo de la muerte, pero en la cultura mesoamericana, el inframundo no era visto como algo malo o doloroso, sino como parte de un proceso de un ciclo de vida y de muerte.
«El perro formaba parte de todo ese círculo y posiblemente por ser un animal que comía deshechos y carroña fue que se le eligió como para tener vínculo con lo muerto», señaló.
Aunque este vínculo no era exclusivo de los xolos, lo cierto es que de las razas que existían desde la época prehispánica, la única que ha mantenido su presencia en México actual son los perros pelones, quienes han podido preservarse gracias a una mutación genética que los priva de tener pelo. Sin embargo, esta es dominante.
La piel de los xolos requiere de los mismos cuidados que la piel de un humano. Baño, humectación, hidratación y alimentación, dice en entrevista Aarón Cadena, quien señala que ahorita hay un boom de xoloitzcuintles, una raza que desde la colonia española y hasta el siglo XX estuvo en peligro de extinción.
Ser dueño de un perro xolo conlleva una responsabilidad igual que la que se debe tener con el resto de las razas caninas, pero con la conciencia de que posees un pedazo viviente de la historia prehispánica mexicana, señala Aarón, quien incluso ha optado por preparar sus propias cremas humectantes para sus mascotas a base de pulque, una bebida también muy mexicana.
Los xoloitzcuintles estuvieron en peligro de extinción desde la colonia española hasta el siglo XX.
© Foto : Cortesía de Aarón Cadena
De acuerdo con Raúl Valadez, el trabajo de investigación que se ha generado alrededor de los pelones ha contribuido a que la raza tenga un lugar dentro de la sociedad actual y que cada vez más personas se decanten por adquirir o adoptar un perro con estas características.
«Los mexicanos se han ido convenciendo de los beneficios que trae esta raza, no solamente por sus características culturales, sino también por sus características como perros y que finalmente con eso, pues se anima la gente a buscar de tener un perro pelón en sus manos y eso yo he visto que ha ido incrementándose al paso de los años», indicó.
Los xolos, señala Aarón Cadena, socializan como cualquier otro perro y son tan leales como cualquier otro can, pero con la peculiaridad de ser parte de la historia del México prehispánico y un símbolo de la cultura e identidad de México.
En la época prehispánica, los perros en general, eran considerados como símbolo de la muerte
© Foto : Cortesía de Aarón Cadena
«Los perros pelones, así como el maíz como los guajolotes, tienen su presencia en México actual a través de dos caras. Por un lado la cara de ser un símbolo de lo antiguo y por otro lado cara de su presencia actual. Aunque no nos percatemos, cuando estamos comiendo un elote, cuando estamos comiendo tortillas, no solamente estamos comiendo al alimento como tal, sino también, y muchas veces sin darnos cuenta, estamos nutriendo nuestra esencia con esta parte cultural, con esa parte histórica que está presente y que nosotros buscamos enaltecer», asevera. Lo mismo pasa con los perros pelones.
«Es tener un animal que no nada más no sirve por la historia que tiene, sino también por la forma como puede ser una mascota en estos tiempos». Y es que, asegura, los mexicanos tienen la virtud de manejar y disfrutar su pasado histórico en su presente.
Con información de Sputnik News