En el contexto político mexicano, el término «voto útil» se refiere a una estrategia de los electores para maximizar el impacto de su voto en las elecciones. Esta estrategia implica que los votantes elijan a un candidato o partido que, aunque no sea su preferencia ideal, tiene mayores posibilidades de ganar y representa una alternativa viable para evitar que un candidato o partido indeseado llegue al poder.
El voto útil suele ser utilizado en situaciones donde existen múltiples candidatos o partidos compitiendo por un cargo público, y los votantes están preocupados por la fragmentación del voto y el posible desperdicio de su voto en candidaturas que tienen pocas posibilidades de éxito.
En México, el voto útil ha sido una estrategia comúnmente empleada en elecciones presidenciales, legislativas y locales. Los electores pueden optar por votar por el candidato que consideren más viable para derrotar a un partido o candidato que perciben como una amenaza, incluso si ese candidato no es su preferencia inicial.
El voto útil puede influir significativamente en el resultado de las elecciones, ya que puede concentrar el apoyo en una sola opción y aumentar las posibilidades de éxito de esa opción. Sin embargo, también ha generado críticas y debates sobre la democracia y la representatividad, ya que algunos argumentan que limita la diversidad de opciones políticas y puede perpetuar el bipartidismo o el dominio de ciertos partidos políticos.
En resumen, el voto útil en México es una estrategia electoral que busca maximizar el impacto del voto de los ciudadanos al apoyar al candidato o partido con mayores posibilidades de éxito, con el fin de evitar resultados no deseados. Su uso y efectividad varían según el contexto político y las preferencias de los votantes en cada elección.