El vapeo no es la solución: los cigarrillos electrónicos dificultan dejar de fumar

El uso de cigarrillos electrónicos, comúnmente conocidos como vapeadores, ha crecido significativamente en los últimos años, especialmente entre los jóvenes. Sin embargo, un reciente estudio de la Universidad de California en San Diego (Estados Unidos) ha desmontado la creencia de que estos dispositivos ayudan a dejar de fumar. Por el contrario, la investigación publicada en la Journal of American Medical Association revela que los fumadores que vapean a diario tienen un 4.1% menos de probabilidades de abandonar el tabaco en comparación con quienes no utilizan estos dispositivos.

Según la encuesta EDADES 2024, el 19% de la población española de 15 a 64 años ha probado cigarrillos electrónicos al menos una vez en su vida, un aumento considerable respecto al 12.1% registrado en 2022. Este incremento es especialmente alarmante entre los jóvenes: el 54.6% de los estudiantes de 14 a 18 años ha utilizado estos dispositivos, con una mayor prevalencia en los chicos.

Raquel Fernández Megina, presidenta de Nofumadores.org, ha sido clara al respecto: “Vapear es fumar y no ayuda a dejarlo”. Megina explica que el uso de cigarrillos electrónicos no solo perpetúa la adicción a la nicotina, sino que también mantiene la gestualidad asociada al consumo de tabaco, lo que dificulta un intento serio de abandonar el hábito. Además, ha criticado la percepción errónea impulsada por la industria de que estos dispositivos son una herramienta efectiva para dejar de fumar.

El estudio analizó datos de más de 6,000 fumadores estadounidenses, incluyendo a 943 consumidores de cigarrillos electrónicos. Aunque estos dispositivos no contienen las mismas sustancias nocivas que el humo del tabaco, no son inofensivos. De hecho, el riesgo de desarrollar cáncer de pulmón se multiplica por cuatro entre quienes fuman y vapean a diario, en comparación con quienes no consumen ninguno de los dos productos.

Ante estos hallazgos, Megina ha instado al Ministerio de Sanidad español a realizar un estudio similar en España, asegurando que los resultados serían “exactamente los mismos o peores”, debido a la normalización social del consumo de tabaco en espacios compartidos. Además, ha pedido a las autoridades que tomen medidas contundentes para regular restrictivamente estos productos y evitar que una nueva generación caiga en la adicción a la nicotina.

La industria de la nicotina, que en muchos casos es la misma que la del tabaco, ha sido señalada por utilizar estrategias de marketing similares a las empleadas tradicionalmente para promocionar cigarrillos, con el objetivo de captar a nuevos consumidores, especialmente jóvenes. Por ello, es crucial reevaluar las políticas públicas relacionadas con los cigarrillos electrónicos y garantizar que la población esté adecuadamente informada sobre sus riesgos.

En conclusión, los cigarrillos electrónicos no son la solución para dejar de fumar. Por el contrario, pueden convertirse en un obstáculo adicional para quienes buscan abandonar el tabaco. La evidencia científica respalda la necesidad de abordar este problema desde una perspectiva de salud pública, priorizando la prevención y la educación sobre los riesgos reales del vapeo.

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