El uso de tabletas entre los niños pequeños se ha convertido en una actividad cada vez más común, pero ¿podría estar relacionado con un aumento en los berrinches y arrebatos emocionales? Un reciente estudio publicado en JAMA Pediatrics sugiere que, efectivamente, el uso de estos dispositivos podría influir negativamente en la capacidad de los niños para manejar sus emociones, especialmente entre las edades de 3.5 y 5.5 años.
La investigación, realizada en Canadá, siguió a 315 niños durante tres años, monitoreando el tiempo que pasaban usando tabletas y evaluando su comportamiento emocional. Los hallazgos revelaron que los niños que pasaban más tiempo frente a una pantalla eran más propensos a experimentar ira y frustración un año después. Este ciclo de uso de dispositivos y arrebatos emocionales parece continuar y aumentar con la edad, sugiriendo que el uso temprano de tabletas puede ser perjudicial para el desarrollo de estrategias de regulación emocional.
El estudio también señaló que los padres a menudo utilizan tabletas para mantener a los niños ocupados mientras realizan tareas, lo que puede convertir el uso de estos dispositivos en una actividad solitaria para los pequeños. Esta falta de interacción puede limitar las oportunidades de los niños para aprender y practicar la regulación emocional, habilidades que normalmente se desarrollan a través de la observación y la crianza emocionalmente centrada.
Además, los investigadores destacaron que los niños que tienden a expresar más ira podrían ser más propensos a depender de estrategias digitales para calmarse, como ver videos o jugar en la tableta. Esto plantea preocupaciones sobre cómo el uso de pantallas podría estar sustituyendo interacciones más saludables y constructivas entre padres e hijos.
Para abordar estos desafíos, los expertos sugieren que futuras investigaciones consideren no solo la cantidad de tiempo que los niños pasan frente a una pantalla, sino también la calidad del contenido y la naturaleza de su interacción con las tabletas. Esto podría ayudar a diferenciar entre un uso activo y educativo, como la lectura en libros electrónicos, y un uso pasivo, como la visualización de videos en plataformas como YouTube.
En resumen, aunque las tabletas pueden ser una herramienta útil en ciertas circunstancias, es esencial que los padres consideren los posibles efectos a largo plazo en el desarrollo emocional de sus hijos y busquen un equilibrio saludable en el uso de estas tecnologías.