Sinaloa a 19 de agosto, 2024.- Martín García Corrales, mejor conocido como «El Tano», fue uno de los personajes más buscados por la DEA debido a su estrecha relación con el líder del Cártel de Sinaloa, Ismael «El Mayo» Zambada. Su muerte, confirmada por las autoridades de Sinaloa, ha generado un gran impacto debido a su conexión con el narcotráfico y su implicación en la producción y tráfico de drogas, particularmente metanfetaminas y fentanilo, hacia Estados Unidos.
El cuerpo de «El Tano» fue encontrado en un camino de terracería en el municipio de Elota, Sinaloa, junto con otros dos hombres. Los tres cadáveres presentaban signos de tortura, tenían las manos atadas a la espalda y los rostros cubiertos con cinta adhesiva. Este hallazgo pone fin a una persecución que involucró a agencias internacionales y una recompensa de 4 millones de dólares por parte del gobierno de Estados Unidos para quien proporcionara información que condujera a su captura.
Martín García Corrales y su hermano, Leobardo García Corrales, alias «La Loba», eran figuras clave en el Cártel de Sinaloa, particularmente en la supervisión de operaciones relacionadas con el tráfico de fentanilo, una droga que ha sido responsable de miles de muertes por sobredosis en Estados Unidos. La DEA los identificaba como supervisores de múltiples aspectos del tráfico de fentanilo, incluyendo la seguridad de la organización y la compra de armamento pesado.
Uno de los episodios más destacados de su carrera criminal ocurrió en noviembre de 2022, cuando se reunió en un restaurante de Mazatlán para negociar la compra de rifles automáticos y granadas, con el pago a realizarse en fentanilo. Esta transacción subraya la brutal eficiencia con la que operaban, intercambiando drogas mortales por armas destructivas.
En abril de 2023, un gran jurado federal en Nueva York emitió una acusación formal contra «El Tano» por conspiración para importar fentanilo y posesión de metralletas y dispositivos destructivos. La gravedad de sus crímenes llevó al Departamento de Estado de Estados Unidos a ofrecer una recompensa significativa por información que llevara a su arresto o condena.
La muerte de «El Tano» representa una pieza más en el complejo y violento rompecabezas del narcotráfico en México. Su caída es un reflejo de la constante lucha de poder dentro de las organizaciones criminales y el implacable esfuerzo de las fuerzas de seguridad para desmantelar estas redes.