En el mundo de los superalimentos, las ciruelas pasas ocupan un lugar destacado. Más allá de su conocida acción contra el estreñimiento, estas frutas deshidratadas están ganando reconocimiento científico por su potencial para prevenir la pérdida ósea y reducir la inflamación crónica, especialmente en mujeres posmenopáusicas.
Investigaciones publicadas en The Journal of Nutrition demuestran que el consumo diario de 50 a 100 gramos de ciruelas pasas (equivalente a 6-12 unidades) reduce significativamente los marcadores inflamatorios vinculados a la osteoporosis.
¿Cómo funcionan?
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Vitamina K: Transporta calcio a los huesos.
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Potasio y magnesio: Mejoran la densidad mineral ósea.
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Boro: Previene la desmineralización.
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Antioxidantes: Neutralizan el estrés oxidativo que daña las células óseas.
«La inflamación crónica es la base de muchas enfermedades degenerativas, incluida la osteoporosis», explica la Dra. Connie J. Rogers de la Universidad de Georgia, quien lideró el estudio.
Más allá de los huesos: beneficios multisistémicos
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Salud cardiovascular:
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Aumentan el colesterol HDL («bueno»).
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Reducen la proteína C reactiva (marcador de inflamación).
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Digestión:
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Su alto contenido en fibra (7 g por cada 100 g) las convierte en un remedio natural contra el estreñimiento.
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Energía y antioxidantes:
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Concentran un 300% más de nutrientes que las ciruelas frescas.
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Son la fruta deshidratada con mayor capacidad antioxidante, según la Universidad Católica de Guayaquil.
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¿Cómo incorporarlas a la dieta?
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Desayuno: Añade 3-4 ciruelas pasas a tu yogur o avena.
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Snack saludable: Combínalas con nueces para un boost energético.
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Cocina: Úsalas en guisos o salsas para un toque dulce natural.
Precaución: Por su alto contenido en sorbitol (un azúcar natural con efecto laxante), se recomienda comenzar con pequeñas cantidades (2-3 diarias) e incrementar gradualmente.
Con solo 30 kcal por unidad, las ciruelas pasas ofrecen una solución práctica y económica para combatir dos de los mayores desafíos de la mediana edad: la fragilidad ósea y la inflamación silenciosa. Como señala Leslie Bonci, nutricionista de la Junta de Ciruelas de California: «Es raro encontrar un alimento tan completo que pueda beneficiar desde el intestino hasta el esqueleto».