Por Bruno Cortés
El senador José Manuel Cruz Castellanos, presidente de la Comisión de Salud, puso sobre la mesa una realidad alarmante: el cáncer de mama es la principal causa de muerte por esta enfermedad en mujeres en México. A pesar de que la detección temprana podría salvar miles de vidas, solo una de cada tres mujeres en el país es diagnosticada en etapas iniciales. Este mal no solo es un desafío médico, sino un problema social que afecta a nuestras familias, comunidades y al sistema de salud.
Cada día, 11 mujeres mexicanas mueren a causa del cáncer de mama, y la cifra podría aumentar a 20 diarias para 2040 si no se toman acciones contundentes. A nivel mundial, 1,800 mujeres fallecen diariamente por esta enfermedad, y la OMS estima un incremento del 39 % en los próximos años. Cruz Castellanos urgió a la necesidad de detener este «enemigo silencioso», destacando la urgencia de políticas públicas efectivas.
En su intervención, el senador subrayó cuatro pilares clave para enfrentar esta situación: promoción de la salud mediante la sensibilización, diagnóstico oportuno con una red de mastógrafos accesibles, tratamientos eficaces y rehabilitación integral para las mujeres afectadas. Sin estas acciones, advirtió, el impacto será devastador no solo en términos de mortalidad, sino también en el deterioro de la calidad de vida.
La prevención es vital. Las mujeres entre 25 y 50 años son las más vulnerables, y la detección temprana, a través del autoexamen y las mastografías, es crucial para aumentar las posibilidades de supervivencia. Además, se hizo un llamado para que las políticas públicas continúen enfocándose en la atención integral a las mujeres, garantizando el acceso a diagnósticos oportunos, tratamientos adecuados y apoyo emocional durante todo el proceso.
Bajo la dirección de Claudia Sheinbaum y la Cuarta Transformación, el gobierno busca poner a la salud de la mujer como una prioridad, con acciones que no solo apunten a reducir la mortalidad, sino también a mejorar la calidad de vida de quienes enfrentan esta enfermedad. La lucha contra el cáncer de mama es un reto de salud pública que involucra a todos, y la sensibilización es el primer paso.
Cada número en las estadísticas representa una vida, una historia, una familia. Las políticas públicas deben centrarse en asegurar que ninguna mujer enfrente sola esta batalla. Por eso, es fundamental que todas las personas se informen, actúen y apoyen en esta lucha colectiva, porque juntos podemos marcar la diferencia.