Por Bruno Cortés
En un momento crucial para la democracia en México, el Pleno del Senado de la República está debatiendo las leyes secundarias de la reforma al Poder Judicial, propuestas por la presidenta Claudia Sheinbaum. Estas iniciativas buscan ajustar la Ley de Procedimientos Electorales y la Ley de Medios de Impugnación, dos cambios que prometen dar un nuevo rumbo a cómo se eligen a los jueces en el país.
¿Por qué es tan importante esta reforma? Bueno, la idea es hacer las elecciones de los magistrados más claras y justas. Imagina que por primera vez, los ciudadanos podrán elegir a sus jueces mediante un voto popular en junio de 2025. Con estas reformas, se establecerán reglas concretas para la selección de candidatos, las campañas y, por supuesto, la votación. Es como ponerle un marco a un cuadro; ayuda a que todo se vea más ordenado y transparente.
La propuesta incluye modificaciones a la Ley General de Instituciones y Procedimientos Electorales, lo que significa que se definirán los pasos para preparar y llevar a cabo estas elecciones. Desde cómo se hará la convocatoria hasta cómo se asignarán los cargos y se declarará la validez de los resultados. Todo tiene que estar bien organizado para que el proceso sea legal y justo.
Además, se están modificando las reglas en la Ley del Sistema de Medios de Impugnación en Materia Electoral. Esto es crucial porque, si algo sale mal en las elecciones de los jueces, los ciudadanos podrán impugnar las decisiones. Si un juez es elegido y se considera que se violaron las normas, habrá un camino legal para cuestionar esas decisiones. Esto le da más poder a la gente y asegura que los jueces actúen dentro del marco legal.
Sin embargo, no todo ha sido un camino de rosas. La presidenta Sheinbaum ha señalado que no debe haber un “veto” sobre los candidatos a jueces, algo que fue discutido recientemente en las comisiones del Senado. Este veto habría permitido al Ejecutivo, al Congreso y al propio Poder Judicial decidir qué candidatos pueden ser considerados, algo que podría socavar la independencia judicial. “No debe ocurrir esto, debe mantenerse lo que esté establecido en la Constitución”, afirmó Sheinbaum, defendiendo la necesidad de respetar las reglas que garantizan la autonomía de la justicia.
Así que, mientras el Senado continúa sus deliberaciones, todos los ojos están puestos en cómo estas reformas cambiarán el panorama judicial en México. La promesa es clara: más transparencia y participación ciudadana en un proceso que ha sido históricamente opaco. La fecha clave se acerca, y con ella, la esperanza de un sistema judicial más representativo y justo.