Por Bruno Cortés
El Senado de México acaba de aprobar por unanimidad una reforma que promete que el salario mínimo no se quedará corto frente a la inflación. Es decir, cada vez que suba el costo de la vida, el salario también subirá para compensar ese aumento. Esta medida tiene el objetivo de asegurar que los trabajadores no pierdan poder adquisitivo y puedan mantener un nivel de vida digno.
Durante años, los sueldos de los trabajadores se vieron superados por una inflación imparable, lo que significa que, aunque recibieran su paga, cada vez les alcanzaba para menos. Con esta nueva reforma, el salario mínimo será revisado anualmente para que nunca esté por debajo de la inflación. En otras palabras, ya no será víctima del aumento de precios y permitirá a las familias mexicanas mantenerse a flote.
Además de los trabajadores en general, esta reforma también establece que maestras y maestros, policías, médicos, enfermeras y personal militar no podrán ganar menos que el salario promedio registrado ante el IMSS. Esta medida busca garantizar una mayor justicia y dignidad para los servidores públicos y trabajadores esenciales.
Ahora, la reforma se enviará a los congresos estatales para su revisión y aprobación. De ser aprobada, significará un cambio trascendental en la forma en que se protege el salario en México.
Desde los años 80, la inflación en México ha sido un dolor de cabeza para la clase trabajadora, que ha visto cómo su salario pierde valor con el tiempo. Esta reforma es parte de un esfuerzo mayor que comenzó en 2018 para crear lo que se ha llamado un «Estado de bienestar», donde los derechos laborales y sociales sean protegidos por la ley.
Legisladores de diferentes partidos, desde Morena hasta el PAN, han celebrado esta reforma como una medida que reivindica las luchas históricas de la clase trabajadora. Aunque algunos sugieren que hay que incluir a más sectores, como el personal de apoyo en las escuelas y los policías locales, en general, la respuesta ha sido positiva.
Con este tipo de reformas, México busca garantizar que la riqueza no se cree a costa de la explotación laboral. Se espera que esto sea solo el inicio de más cambios que fortalezcan los derechos de los trabajadores, como la discusión sobre la reducción de la jornada laboral a 40 horas semanales.
El salario mínimo es un tema crucial porque afecta directamente el bienestar de millones de mexicanos. Esta reforma no solo protege el bolsillo de los trabajadores, sino que también contribuye a construir una economía más justa y equitativa para todos.