La historia del Pueblo Mágico de El Rosario –ubicado a 65 kilómetros de Mazatlán, en el estado de Sinaloa– empieza con una leyenda ¿o una historia real? Corría el año 1655 y al caporal Bonifacio Rojas se le escapó una vaca que encontró en la loma de Santiago, luego de buscarla un buen rato. Pero para entonces ya caía la noche y el ganadero debió elegir un lugar donde encender una fogata para iluminarse mientras esperaba el amanecer. Pero al despertar al día siguiente, Bonifacio Rojas se sorprendió al ver que bajo las cenizas había plata fundida.
Para no perder de vista el lugar exacto del hallazgo, en tanto iba a informar a su patrón, el trabajador dejó como seña su rosario. El relato asegura que, tras regresar con refuerzos, los hombres hicieron un tajo en la peña donde se hallaba la gran veta de plata a cielo abierto. De esta forma, la mina Del Tajo y el poblado El Rosario que creció en torno a su enorme riqueza recibieron sus nombres de un momento a otro, por los siglos de los siglos.
Pronto se corrió la voz y el poblado comenzó a crecer al mismo ritmo que los túneles que permitían extraer grandes cantidades no sólo de plata sino también de oro, convirtiéndose en uno de los rincones más ricos de todo el norte de México. Durante su auge, las minas producían la extraordinaria cantidad de hasta 400 gramos de oro por cada kilo de mineral extraído. Así, según aseguran, había muchísimos más túneles en el subsuelo que calles en la superficie.
Con el tiempo, los túneles de las minas que corrían bajo el poblado debilitaron los cimientos y, en 1932, los edificios de su centro histórico comenzaron a derrumbarse, incluida la parroquia. Sin embargo, en una muestra de fe, resistencia y tenacidad, los pobladores decidieron mudar el templo, piedra por piedra, a 1500 metros de su posición original. Los restos de aquella antigua parroquia aún se pueden ver en pie y son uno de los atractivos de este pueblo, además de una muestra de lo que puede hacer una comunidad cuando une fuerzas.
A pocos metros de la parroquia rescatada, está la laguna del Iguanero, otro de los rincones distintivos de El Rosario, junto con el Panteón Español, que destaca por su bello portal con dos siglos de antigüedad. Otro lugar interesante es el Museo de Historia Regional de El Rosario, ubicado donde antes funcionaba la cárcel municipal.
Actualmente, en el corazón de El Rosario, frente a su plaza principal, se encuentra el edificio más emblemático del pueblo, la iglesia Nuestra Señora del Rosario, una nueva versión terminada en 1954 del antiguo edificio destruido, que cuenta con un bellísimo retablo del siglo XVII de estilo plateresco y churrigueresco totalmente cubierto en hoja de oro de 24 quilates. La iglesia gira en torno a la imagen de la Virgen del Rosario, que gracias a una tradición local cambia su vestido tres veces al año. Además, en el jardín del templo, está sepultada la famosa actriz y cantante Lola Beltrán, hija pródiga de este pueblo sinaloense.
Y aunque la mina Del Tajo fue cerrada definitivamente en 1945, El Rosario ha encontrado nuevas formas de subsistencia con el turismo, gracias a su incorporación al programa de Pueblos Mágicos en 2012, la producción de mangos y la cría de camarones que se pueden degustar en deliciosos platillos típicos como el tamal de camarón, el aguachile, el ceviche o los camarones sarandeados.
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