El Partido de la Revolución Democrática (PRD) enfrenta uno de los desafíos más graves de su historia política: la posibilidad de perder su registro nacional en las próximas elecciones de 2024. Esta situación crítica es el resultado de una serie de fracasos electorales y estratégicos que han debilitado significativamente su presencia en el panorama político mexicano.
Fracasos Electorales
El PRD no ha logrado alcanzar el umbral mínimo del 3% de los votos en las últimas elecciones, tanto a nivel federal como estatal. Esta misma suerte la compartieron Fuerza por México y Redes Sociales Progresistas en las elecciones de 2020, que, al no conseguir este mínimo, perdieron su registro. La falta de apoyo ha sido particularmente evidente en 19 entidades federativas, incluyendo estados clave como el Estado de México y Coahuila.
Estrategia y Coaliciones
La incertidumbre sobre la estrategia del PRD aumenta tras su decisión de poner una «pausa» en su participación en la coalición opositora Frente Amplio por México. Esta pausa podría ser un golpe mortal para sus aspiraciones de mantenerse relevante en el escenario político y de asegurar el mínimo de votos necesario para mantener su registro nacional.
Requisitos Legales
De acuerdo con el Instituto Nacional Electoral (INE), un partido político puede perder su registro por no participar en un proceso electoral ordinario, no obtener el 3% mínimo de votos, incumplir con requisitos legales, o por su disolución. Con estos factores en juego, el panorama para el PRD en 2024 es extremadamente complicado.
Futuro Incierto
Con la pérdida de su registro en una significativa cantidad de estados y un apoyo decreciente, el PRD se encuentra en una encrucijada. La recuperación parece una tarea titánica, y las próximas elecciones serán decisivas para determinar si este histórico partido mexicano puede revertir su tendencia de declive y evitar desaparecer del mapa político nacional.