Por Juan Pablo Ojeda
A veces en la política mexicana lo que parece un acuerdo, en realidad es un jaloneo con guante blanco. Esta vez, el pleito no es entre partidos, sino por cómo y quién debe hablar en nombre de la Cámara de Diputados. El protagonista: Elías Lixa Abimerhi, coordinador del PAN en San Lázaro, quien salió a aclarar con firmeza que su bancada no se opone a condenar los anuncios discriminatorios del gobierno de Estados Unidos… pero tampoco va a prestarse a firmar comunicados “cosméticos” para quedar bien con alguien.
Todo comenzó con una propuesta de posicionamiento conjunto de la Cámara contra los spots antiinmigrantes que se han estado transmitiendo en medios mexicanos, pagados por el gobierno de Estados Unidos. Esos anuncios, cargados de estigmas contra los migrantes —y particularmente contra los mexicanos—, ya prendieron la mecha en el Congreso. Pero mientras todos pensaban que habría unidad en la respuesta, Lixa dijo: espérenme tantito.
Aclaró que el PAN sí recibió los borradores del pronunciamiento, que no se negaron a firmarlo, y que incluso estuvieron dispuestos a suscribirlo si había consenso. Pero el detalle está en cómo se está manejando la comunicación. Según Lixa, el presidente de la Cámara —quien debería ser neutral— está tomando posturas como si fuera líder de un partido, queriendo obligar a todos a firmar algo que parece más un acto de relaciones públicas que una verdadera defensa institucional.
Y ahí fue donde soltó la frase que puso el ambiente tenso: “El PAN no va a firmar comunicados para quedar bien con el Ejecutivo… o con no sé quién.”
El coordinador panista fue claro en que su partido ya había condenado los mensajes discriminatorios desde un principio, sin esperar a que alguien más lo hiciera. “No necesitamos que otro grupo nos diga cuándo pronunciarnos o qué palabras usar”, soltó. Además, acusó que en ocasiones, estos llamados a firmar documentos en conjunto se vuelven estrategias de presión política más que gestos de unidad real.
Pero no se quedó solo en lo simbólico. Lixa pidió que la Secretaría de Gobernación (Segob) dé la cara y explique qué acciones ha tomado para proteger los derechos de las y los mexicanos ante esos anuncios. Y fue más allá: exigió que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) levante la voz con una protesta diplomática seria, usando todos los canales oficiales.
En otras palabras, el PAN quiere que se actúe, no que se simule. Que se defiendan los derechos de los mexicanos con hechos, no con comunicados de “todos unidos” que en el fondo nadie cree. Porque en el Congreso, aunque se hable de unidad, cada bancada sigue jugando su propio juego.