¿Sabías que las mujeres que tienen embarazos espontáneos en edades avanzadas podrían vivir más tiempo? Esta fascinante conexión entre la fertilidad tardía y una mayor esperanza de vida ha sido respaldada por varios estudios, según explica José Miguel García Sagredo, experto en genética y secretario general de la Real Academia Nacional de Medicina de España (RANME).
El hecho de que algunas mujeres puedan concebir a una edad avanzada no solo refleja su capacidad reproductiva, sino también un signo de senescencia tardía, es decir, un proceso de envejecimiento más lento. Según García Sagredo, esta característica biológica está vinculada a una menor probabilidad de desarrollar enfermedades graves a edades tempranas, lo que prolonga la esperanza de vida.
“Es importante destacar que no se trata de cuándo se decide tener hijos, sino de la capacidad biológica para hacerlo en etapas tardías”, señala el experto. Esta habilidad, explica, está profundamente relacionada con factores genéticos que benefician el envejecimiento.
La conexión entre fertilidad prolongada y longevidad parece tener una base genética sólida. García Sagredo menciona que los hermanos de mujeres con embarazos tardíos también tienden a vivir más tiempo. Esto se debe a que comparten el 50 % de su carga genética, lo que implica que los genes asociados con una mayor esperanza de vida también pueden beneficiar a otros miembros de la familia.
Sin embargo, la genética no lo es todo. El especialista enfatiza que llevar un estilo de vida saludable, con una dieta equilibrada, ejercicio regular y control del estrés metabólico, también es crucial para maximizar los beneficios de estos genes.
Evolución y menopausia: un privilegio único
La supervivencia tras la menopausia es un fenómeno que comparten los humanos y algunas especies de ballenas, y su prolongación es un claro ejemplo de evolución. Según García Sagredo, este proceso ha permitido la selección de genes relacionados con la senescencia tardía, adaptando las características biológicas para favorecer la longevidad en entornos cambiantes.
Aunque este tipo de cambios genéticos puede tardar generaciones en consolidarse, los resultados ya son visibles: un mayor número de mujeres que experimentan una vida activa y saludable incluso después de la menopausia.
Conclusión: fertilidad tardía, longevidad y calidad de vida
Los embarazos tardíos no solo son una curiosidad biológica, sino una ventana para entender mejor el envejecimiento humano. La capacidad de concebir en etapas avanzadas de la vida podría ser un reflejo de genes más fuertes y un envejecimiento saludable.
Para quienes poseen esta ventaja genética, complementarla con buenos hábitos puede potenciar sus beneficios, demostrando que el camino hacia una vida larga y plena está en el equilibrio entre naturaleza y cuidado personal.