México es un país rico en hallazgos arqueológicos que atestiguan su profunda historia y cultura. Entre estos tesoros ocultos, se encuentra el enigmático «chapulín colorado» o «chapulín de carneolita», una pieza que ha intrigado a arqueólogos y expertos durante décadas. Aunque su origen y significado exactos han sido un misterio, se ha logrado arrojar algo de luz sobre esta fascinante escultura.
El primer registro del chapulín colorado data de 1891, cuando se menciona que fue descubierto durante la construcción del Castillo de Chapultepec. En ese momento, se le atribuyó como una divinidad asociada al Cerro de Chapultepec. La figura, tallada en una roca sedimentaria rica en sílice llamada «hornstein», era una muestra de gran maestría artística y se creía que había sido utilizada en rituales de sacrificio.
Sin embargo, el camino del chapulín colorado hacia su reconocimiento histórico estuvo lleno de incógnitas. Durante un período, perteneció a la colección privada de Don José Mariano Sánchez y Mora, ex-Conde del Peñasco. Un relato del siglo XIX describe esta pieza como una divinidad esculpida en mármol rojo que recibía ofrendas ocasionalmente.
La clave para descubrir más sobre el chapulín colorado proviene de investigadores y coleccionistas que se adentraron en la enigmática historia de esta escultura. Maximilian Franck, grabador y coleccionista, describió la pieza en 1928 y señaló que estaba tallada en cornalina, también conocida como carneolita, una variedad de calcedonia de hermoso color rojo, resultado de impurezas de óxido de hierro.
Uno de los datos más reveladores proviene de una hoja encontrada en la Biblioteca Nacional de Antropología e Historia, que menciona que el chapulín fue extraído específicamente de la «alverca de Chapultepec». Esto sugiere que la pieza proviene de los «Baños de Moctezuma», propiedad de Sánchez y Mora, ubicada al sur del Castillo de Chapultepec.
El misterio detrás del chapulín colorado no solo radica en su origen y propósito, sino también en su significado cultural y ritual. La figura de un chapulín, un insecto saltamontes, tiene un simbolismo potencialmente profundo en la cultura mexicana y prehispánica.
Hoy en día, el chapulín colorado se encuentra en la Sala Mexica del Museo Nacional de Antropología, donde continúa siendo objeto de estudio y admiración. Esta pieza única representa un eslabón importante en la comprensión de la rica historia cultural de México y la intrincada red de sus hallazgos arqueológicos.