La Ciudad de México es conocida por su intrincada red de transporte público, pero entre los recuerdos más queridos de los capitalinos se encuentra la mítica Ruta 100, cuyo cierre aún deja un sabor agridulce en la memoria colectiva. En este reportaje, desentrañamos el misterio detrás de la desaparición de la Ruta 100 y su relación con la aparición del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN).
El Auge de la Ruta 100: En 1983, la Ruta 100 surgió como una empresa paraestatal bajo el decreto presidencial de José López Portillo. Se convirtió rápidamente en la preferida de los capitalinos debido a sus cómodas unidades, conductores amables, horarios puntuales y una extensa red de rutas que abarcaban la Ciudad de México y parte del Estado de México. Además, desafió el control del «pulpo camionero», ganándose el corazón de la población.
El Sindicalismo Vanguardista: El Sindicato Único de Trabajadores de Autotransportes Urbanos de Pasajeros Ruta 100 (SUTAUR-100) surgió junto con la Ruta 100 y demostró ser un sindicato diferente. Promovieron la educación y la conciencia social entre sus miembros. Junto con el Movimiento Proletario Independiente (MPI), llevaron a cabo acciones en beneficio de la comunidad, como enviar ayuda a Chiapas en 1994.
El Enigma del EZLN: En 1994, el EZLN se levantó en Chiapas bajo el gobierno de Carlos Salinas de Gortari. En ese contexto, el gobierno consideró que el SUTAUR-100 estaba financiando al movimiento zapatista. Para el inicio de 1995, la administración del Distrito Federal, liderada por Óscar Espinoza Villareal, ganó un juicio de quiebra contra la Ruta 100, alegando insolvencia económica y deficiencia en el servicio. Este fue el inicio de su desmantelamiento.
El Inesperado Quiebre: La declaración de quiebra de una paraestatal como la Ruta 100 parecía impensable debido a su financiamiento público. Sin embargo, ocurrió. Casi tres décadas después, Jorge Cuéllar Valdez, líder de los trabajadores, sigue luchando por las liquidaciones pendientes para él y sus compañeros.
La desaparición de la Ruta 100 sigue siendo un enigma en la historia del transporte en México. A pesar de su cierre, su legado perdura en la memoria de quienes alguna vez disfrutaron de sus servicios. Una historia que combina la nostalgia por un sistema de transporte icónico con las complejidades políticas de la época, incluyendo los vínculos con el EZLN, que sigue generando preguntas sin respuesta.