Este domingo 8 de diciembre de 2024, Eduardo Ramírez Aguilar asumió como gobernador constitucional de Chiapas en una ceremonia solemne en el Polyforum Mesoamericano de Tuxtla Gutiérrez. Con un mensaje directo y contundente, “El Jaguar Negro” dejó claro que su gobierno estará enfocado en devolver la paz a una entidad golpeada por la violencia y la inseguridad.
La promesa: la paz regresará a Chiapas
Durante su discurso de toma de protesta, Ramírez Aguilar hizo un llamado a la esperanza y presentó su estrategia para enfrentar los desafíos más graves del estado. Su mensaje resonó con fuerza:
- Pacificación: “La paz va a volver a los caminos de Chiapas”, declaró con convicción.
- Combate al crimen: Anunció acciones firmes contra delitos como la extorsión, el derecho de piso y los asaltos en carreteras.
- Coordinación institucional: Trabajará de la mano con el gobierno federal y la Fiscalía General de la República para perseguir y castigar a los responsables.
- Nuevo grupo de élite: Presentó el Grupo de Reacción Inmediata Pakal, un equipo especializado de 500 elementos, bien capacitados y equipados, que será clave en la estrategia de seguridad.
Un panorama complicado, pero no imposible
Ramírez Aguilar asume el liderazgo en un contexto desafiante. Chiapas ha enfrentado un aumento en los homicidios dolosos, feminicidios y desplazamientos forzados por la violencia en regiones como Los Altos y la Frontera. Además, el estado se encuentra bajo la amenaza de cárteles del narcotráfico, que han complicado el tejido social.
A pesar del panorama, su llegada al gobierno genera expectativas. Con el 79.29% de los votos en las pasadas elecciones, Ramírez Aguilar tiene un mandato sólido y una clara legitimidad. Su experiencia como senador y su alineación con el proyecto de la Cuarta Transformación le brindan herramientas clave para ejecutar políticas de gran alcance.
La esperanza renace en Chiapas
“El Jaguar Negro” tiene claro que su gobierno será medido por resultados. La pacificación de Chiapas no será tarea sencilla, pero su enfoque en fortalecer la seguridad y su compromiso con el pueblo han encendido una chispa de optimismo en la ciudadanía.
Ahora, los ojos del estado están puestos en las acciones de su administración. ¿Cumplirá con su promesa de que “la paz volverá a reinar”? Solo el tiempo dirá, pero el camino ya está marcado.