El gallo, ese símbolo omnipresente en la cultura francesa que decora desde la indumentaria de la selección nacional de fútbol hasta banderas y restaurantes, guarda una historia fascinante que se remonta a la época romana. A pesar de su constante presencia, muchos franceses llevan este emblema sin conocer realmente su origen o significado profundo.
Un juego de palabras antiguo
La relación del gallo con Francia comienza con un juego de palabras en latín: «gallus» significa tanto gallo como galo. Durante el dominio de Roma sobre la región conocida entonces como Gallia, este juego de palabras ganó popularidad entre los romanos, quienes se referían a los habitantes de la zona tanto como galos como gallos. Esta asociación fue popularizada por poetas y hasta por figuras como Julio César, aunque no está claro si se usaba en tono de burla o admiración.
De símbolo olvidado a emblema nacional
Tras la caída del imperio romano, el símbolo del gallo desapareció durante la alta Edad Media, pero resurgió en textos alemanes del siglo XIV refiriéndose nuevamente a los habitantes de Francia. Para el siglo XVI, el gallo no solo volvió a ser popular, sino que empezó a aparecer en grabados y monedas, acompañando a veces al propio rey de Francia.
La Revolución Francesa adoptó el gallo como un símbolo de resistencia y rebeldía, representado con orgullo sobre un cañón en diversos objetos como platos y sellos del Directorio. Sin embargo, figuras como Napoleón Bonaparte y Napoleón III lo desdeñaron, argumentando que un animal sin fuerza no podría simbolizar adecuadamente a un imperio tan grandioso como Francia.
El gallo en la modernidad
A pesar de las controversias históricas, el gallo se consolidó como un símbolo nacional con la llegada de la III República, adornando incluso las rejas del parque del Palacio del Elíseo. Hoy en día, aunque la República Francesa favorece el símbolo de Mariana, el gallo sigue figurando prominentemente en el sello de Estado de la Segunda República y es ampliamente utilizado en el extranjero para evocar a Francia, especialmente en contextos deportivos.
El gallo en el deporte
El gallo no solo es un símbolo de herencia cultural, sino también de orgullo nacional en el ámbito deportivo. La Selección de Francia, dirigida por Didier Deschamps y con estrellas como Kylian Mbappé, lo lleva con honor en su camiseta. Los Blues están listos para dejar su huella en la Eurocopa Alemania 2024, compartiendo el Grupo D con Polonia, Países Bajos y Austria, y su primer juego será el 17 de junio en la Arena Düsseldorf contra Austria.
En resumen, el gallo es mucho más que un mero adorno: es un emblema de la identidad y el espíritu de Francia, llevando consigo siglos de historia y significado en cada representación.