La Crolumna / Javier Macias
Entre la interpretación favorable de datos y las expresiones de victoria, como “ya domamos la inseguridad y la violencia”, de repente se les escapan frases que dicen todo lo contrario, que fracasó la política de seguridad pública.
En su más reciente reunión con los senadores de Morena, el secretario de Gobernación, Adán Augusto López, reconoció que “desgraciadamente hemos de reconocer que hemos ido perdiendo la batalla contra la inseguridad”.
No obstante, se dio cuenta de su dicho que trató de matizar y responsabilizar a otros, como suelen hacerlo los de la 4T. “Hemos ido perdiendo la batalla contra la inseguridad, porque no fuimos capaces en nuestra época, no nosotros, los gobiernos que antecedieron, de fortalecer y profesionalizar las políticas; desde la policía municipal, hasta las policías estatales y federales”.
Repartió otras culpas. “Quienes han sido presidentes municipales, aquí, lo saben, que no se cuenta ni con el recurso y cuando hay ese recurso, se prefiere usar en otras cosas.
“Uno no le invierte, como presidente municipal, ni a la policía municipal ni a los sistemas de agua potable; los sistemas de agua potable, dicen que entierras el dinero, que nadie lo ve, no luce. Y en el asunto de la policía municipal, porque nunca acabamos de dimensionar, de entender la problemática”, precisó.
Por otro lado, en su conferencia mañanera del martes 6 de septiembre, el presidente Andrés Manuel López Obrador fue cuestionado sobre su postura como opositor que fue totalmente distinta a lo impulsado por su gobierno en materia de seguridad.
La reportera preguntó: “En algún momento, usted presidente, mencionaba que incluso, en campaña, que de llegar a la Presidencia haría que regresaran las Fuerzas Armadas, el Ejército, a los cuarteles y que eso le llevaría los primeros seis meses de su gobierno, ¿cambió usted de opinión?”
López Obrador respondió: “Sí, sí, sí cambié de opinión ya viendo el problema que me heredaron. ¿Cómo enfrentar el problema de la inseguridad?” Se cuestionó qué se iba a hacer con la Policía Federal “como estaba”, pues recordó que dicho cuerpo tenía miembros y líderes que actualmente están presos o prófugos.
Si como pregona la inseguridad está domada, ¿por qué habría de enviar a la Guardia Nacional a la Sedena? Al contrario, los soldados tendrían que volver a los cuarteles.
La ausencia de Rosa Icela en inauguración de cuartel de la GN
El propósito de la iniciativa, que aprobó el Congreso de la Unión, es fortalecer la consolidación institucional de la Guardia Nacional como cuerpo policial permanente, profesional y disciplinado adscrito a la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, bajo el control operativo y administrativo de la Sedena. En el fondo, es un reconocimiento de que la titular de la SSPS, Rosa Icela Rodríguez, no pudo con el paquete.
El presidente López Obrador y los legisladores han sido cuidadosos en destacar lo que podría pasar con la GN, bajo el mando de Sedena, y evitar hablar sobre lo que se dejó de hacer y lo que se hizo mal desde su creación.
Sin embargo, hay detalles que no pasan desapercibidos. Este fin de semana, se llevó a cabo la ceremonia de Inauguración de la Compañía de la Guardia Nacional de Colotlán, Jalisco. Pero Rosa Icela no estuvo presente. Si la GN está adscrita a la SSPC, aunque bajo el control operativo y administrativo de Sedena, la funcionaria debió estar presente.
Encabezaron el acto, el presidente López Obrador; Enrique Alfaro Ramírez, gobernador del estado de Jalisco; general Luis Cresencio Sandoval González, secretario de la Defensa Nacional; almirante José Rafael Ojeda Durán, secretario de Marina; general de brigada diplomado de Estado Mayor, Maximiliano Cruz Ramos, comandante de la V Región Militar; comisario general Luis Rodríguez Bucio, comandante de la Guardia Nacional; el comisario Armando Toscano Yáñez, coordinador estatal de la Guardia Nacional, y el general de brigada diplomado de Estado Mayor, Crisóforo Martínez Parra, comandante de la 15ª Zona Militar.
Donde sí estuvo presente la titular de la SSPC fue en Zacatecas, durante la gira del mandatario, durante este fin de semana. Por ello, llama la atención que no lo haya acompañado en el resto del recorrido, en particular el Colotlán.
Una estrategia que no funcionó
En redes sociales y durante las sesiones de la Cámara de Diputados y Senado de la República, legisladores de oposición mostraron pancartas, donde aparecen, entre otros, López Obrador, Claudia Sheinbaum, Mario Delgado y Citlalli Hernández, en las que manifiestan su rechazo a la militarización del país, que emprendió el entonces presidente Felipe Calderón.
Trataban a mostrar la incongruencia de posturas de los morenistas; de cómo se opusieron con Calderón y que ahora apoyan a AMLO. Sin embargo, estos no cayeron en el juego. No dieron oportunidad de que debatir sobre el tema. Los ignoraron y el tema se queda en el anecdotario, como una estrategia fallida.