Por Bruno Cortés
En medio de una crisis económica que apremia a los estados y a las familias, el diputado Rubén Moreira Valdez, coordinador del Grupo Parlamentario del PRI, ha decidido dar un paso al frente. Su propuesta es bastante clara: crear una Comisión Especial para liquidar el Fondo Bancario de Protección al Ahorro, mejor conocido como Fobaproa. Pero, ¿qué significa esto realmente y cómo podría afectar a la gente de a pie?
El Fobaproa fue un salvavidas para los bancos durante una crisis financiera hace años, y desde entonces, ha costado a los ciudadanos una buena cantidad de dinero en intereses. Moreira señala que actualmente se están pagando cerca de 60 mil millones de pesos anuales solo en intereses por este fondo. Con una parte mínima de esa suma, apenas mil millones, se podrían reactivar programas cruciales como la Comisión Nacional de las Zonas Áridas (Conaza), que podría ayudar a muchas personas, especialmente a los que viven en áreas menos favorecidas.
Imagina que con este dinero se podría empezar a dar pensiones a los adultos mayores a partir de los 60 años, algo que muchos han estado esperando. Pero eso no es todo, también se podría destinar dinero para el campo, para mejorar las carreteras, y para fortalecer la seguridad a nivel estatal y municipal. La idea de Moreira es que, en lugar de mantener este fondo que beneficia principalmente a los bancos, ese dinero se use para mejorar la vida de la gente en las comunidades.
Sin embargo, este tema no es sencillo. Hay voces que critican cómo el Fobaproa ha sido manejado en los últimos años. Según el economista Mario Di Costanzo, ya hemos pagado más que suficiente por el rescate bancario. Él menciona que durante el periodo 2019-2024, se destinaron más de 260 mil millones de pesos a refinanciar el Fobaproa, lo que ha hecho que muchos se pregunten: ¿realmente necesitamos seguir haciendo esto?
Por si fuera poco, el panorama se complica aún más. Algunos especialistas, como el abogado Miguel Sulub, han señalado que los programas sociales que prometió el gobierno, como el apoyo a mujeres mayores de 60 años, no están cumpliendo con las expectativas. Muchos no están recibiendo el apoyo que deberían, y esto es un reflejo de la falta de recursos en el gobierno.
En resumen, la propuesta de Moreira sobre el Fobaproa busca transformar un fondo que ha sido objeto de críticas en una oportunidad para ayudar a los más necesitados. La discusión está en el aire, y si hay voluntad política, podría cambiar el rumbo de varios programas que impactan a la sociedad. La clave está en qué tanto se podrá avanzar en esta idea y si efectivamente se priorizará el bienestar de la gente por encima de los intereses bancarios. El tiempo dirá si esta propuesta se convierte en una solución viable o se queda solo en un discurso.