Las actividades humanas están orillando a las plantas y los animales a la extinción a un ritmo acelerado. Así lo ha demostrado un estudio que ha logrado identificar los rasgos comunes que hay entre plantas, aves y mamíferos en riesgo de desaparecer.
«Ciertas combinaciones de rasgos vitales y tasas demográficas pueden hacer que una población sea más propensa a la extinción que otras», explicó Haydee Hernández-Yánez, del Centro de Investigación Climática Woodwell, y sus colegas del Centro de Biología Poblacional Aplicada del zoo de Lincoln Park, en Chicago.
Si bien hasta hace poco, no eran muchos los estudios habían puesto a prueba los pronósticos sobre lo que hace que una especie sea más vulnerable que otra utilizando datos del mundo real a escala global, ahora se ha podido comprobar que los patrones y el momento de la supervivencia, el crecimiento y la reproducción son factores que influyen en la capacidad de las poblaciones de plantas y animales para resistir o adaptarse a los cambios medioambientales provocados por el hombre.
El estudio publicado en PLOS One consistió en recopilar datos sobre las tasas de crecimiento, la duración de la vida y la reproducción de 159 especies de plantas herbáceas, árboles, mamíferos y pájaros, con esta información se cotejó la situación actual de las especies en peligro de extinción con la Lista Roja de la UICN, el principal registro mundial de especies amenazadas.
«A pesar de que nuestra muestra de especies es relativamente pequeña, descubrimos que las especies con determinados patrones demográficos corren más riesgo de extinción que otras, y que los predictores importantes difieren entre los grupos taxonómicos», precisaron los investigadores.
Agregaron que los mamíferos que tienen tiempos de generación más largos son los que corren más riesgo de extinción, quizá porque cuanto más tardan las especies en madurar y reproducirse, más difícil les resulta adaptarse a los rápidos cambios ambientales y sobre todo si los animales solo se reproducen una vez en su vida.