El Ejército mexicano espió al defensor de derechos humanos Raymundo Ramos con el malware Pegasus en el contexto de una investigación sobre presuntas ejecuciones extrajudiciales cometidas por elementos militares en 2020 en Nuevo Laredo, Tamaulipas, y en la que el activista fungía como representante.
La organización R3D revela que la institución cuenta con un área de inteligencia que utilizó el programa de espionaje con el conocimiento del secretario de la Defensa, Luis Cresencio Sandoval.
Además, las Fuerzas Armadas de México espiaron a periodistas que investigaban denuncias de que soldados habían acribillado a personas inocentes.
Documentos internos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) demuestran contundentemente que el Ejército usó una estructura militar de inteligencia secreta para espiar al defensor de derechos humanos Raymundo Ramos, con pleno conocimiento del Secretario de la Defensa.
Gracias a una tarjeta informativa, fue posible identificar a las personas involucradas en el espionaje a Raymundo Ramos; entre ellas, el entonces Jefe del Estado Mayor de la Defensa Nacional, Homero Mendoza Ruiz; el entonces subjefe de Inteligencia del E.M.D.N., Conrado Bruno Pérez Esparza.
La Sedena ha obstaculizado las investigaciones encabezadas por la Fiscalía General de la República (FGR) sobre la denuncia interpuesta hace cinco meses por las víctimas del espionaje con el sistema Pegasus ocurrido en este sexenio.
Un reporte de inteligencia realizado por el entonces director del Estado Mayor de la Defensa da cuenta de las conversaciones telefónicas que Ramos mantuvo con tres periodistas en agosto de 2020; esa información fue entregada a Sandoval y tuvo como propósito influir en una investigación que realizaba.