El ejercicio como aliado para la salud mental de mujeres con dolor pélvico crónico

El dolor pélvico crónico, una condición que afecta a 1 de cada 7 mujeres en el mundo, puede ser una carga física y emocional abrumadora. Sin embargo, un estudio reciente publicado en el Journal of Pain Research sugiere que el ejercicio podría ser una herramienta poderosa para mejorar la salud mental de quienes padecen trastornos como la endometriosis y los fibromas uterinos.

Dirigido por Ipek Ensari, profesor asistente de inteligencia artificial y salud humana en la Escuela de Medicina Icahn de Mount Sinai en Nueva York, el estudio utilizó rastreadores de movimiento portátiles para monitorear a 76 mujeres con dolor pélvico crónico. Durante más de 4,200 días, los investigadores recopilaron datos sobre la actividad física y la salud mental de las participantes, quienes también informaron semanalmente sobre su estado de ánimo, función física y niveles de dolor a través de una aplicación.

Los resultados mostraron que las mujeres que realizaban actividad física moderada a vigorosa, como caminar a paso ligero o hacer ejercicio aeróbico, experimentaron mejoras significativas en su bienestar mental. En promedio, las participantes dieron más de 8,300 pasos al día y dedicaron 38 minutos a actividades físicas intensas. Sin embargo, el 43% de las mujeres no alcanzaron los 7,500 pasos diarios recomendados, y el 41% no cumplieron con las pautas de 150 minutos de ejercicio moderado a vigoroso por semana.

 

Esta es la diferencia entre actividad física y hacer ejercicio: no es lo  mismo y ambos son necesarios

Uno de los hallazgos más interesantes fue que los beneficios del ejercicio no fueron inmediatos, sino que se acumularon con el tiempo. «Los efectos positivos del ejercicio parecen retrasarse unos días, lo que significa que los beneficios para la salud mental podrían acumularse gradualmente», explicó Ensari. Este descubrimiento resalta la importancia de la consistencia en la actividad física, tanto para las pacientes como para los profesionales de la salud.

Además de mejorar el estado de ánimo, el ejercicio también contribuyó a una mejor función física y a una reducción en los niveles de dolor. Estos resultados sugieren que la actividad física no solo es una estrategia efectiva para manejar los síntomas físicos del dolor pélvico crónico, sino también para abordar sus impactos emocionales.

«Los trastornos del dolor pélvico crónico son increíblemente complejos y gravosos para los afectados, pero todavía tenemos muy pocas estrategias de tratamiento efectivas», señaló Ensari. «Nuestra investigación sugiere que la actividad física podría ser una herramienta importante para mejorar la salud mental de estos pacientes, ofreciéndoles una forma proactiva de mejorar su bienestar».

Este estudio refuerza la idea de que el ejercicio no solo es beneficioso para la salud física, sino también para la mental, especialmente en mujeres que enfrentan condiciones crónicas y debilitantes. Incorporar la actividad física como parte de un enfoque integral para el manejo del dolor pélvico crónico podría marcar una diferencia significativa en la calidad de vida de millones de mujeres en todo el mundo.

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