CDMX a 7 de septiembre, 2024.- La cineasta salvadoreña Tatiana Huezo vuelve a sorprender al público con su más reciente documental, El Eco, una obra profundamente reflexiva que explora la relación íntima entre una pequeña comunidad rural en Puebla, México, y la naturaleza que la rodea. Nominado a siete categorías en los Premios Ariel, El Eco no solo es un testimonio visual, sino también una poderosa reflexión sobre el cambio climático y la forma en que afecta a las comunidades más vulnerables.
La idea de El Eco surgió cuando Huezo decidió retratar la infancia en el contexto rural mexicano, y se encontró con esta pequeña comunidad en Puebla. El nombre del pueblo, «El Eco», capturó su imaginación, evocando una multiplicidad de símbolos que resonarían a lo largo del documental. “El eco representa las huellas que dejamos en la tierra, las enseñanzas que se transmiten de generación en generación, y el reflejo de una vida que parece estar al borde de la desaparición”, señaló la directora.
El documental se desarrolla en un paisaje casi deshabitado, con un ambiente que parece congelado en el tiempo. En esta comunidad, los niños crecen alejados del bullicio de las ciudades, desarrollando una conciencia profunda sobre la conexión entre la tierra y la vida. Sin embargo, esta conexión está bajo amenaza. Las condiciones climáticas extremas, las sequías, y la explotación de recursos naturales han puesto en jaque la existencia de estos campesinos. Para Huezo, esta fragilidad es el corazón de la historia: “Quisimos contar la vida en El Eco como si fueran los últimos guardianes de la tierra, en un momento crítico donde todo parece estar a punto de desaparecer”, explicó.
La narrativa del documental se centra en mostrar cómo las infancias rurales guardan una conciencia inquebrantable sobre la naturaleza y su importancia para la vida. Este eco, como lo define Huezo, es algo que se queda dentro de ellos para siempre, una enseñanza que les acompaña durante toda la vida. Los niños de El Eco crecen en un entorno que los forma de manera única, lejos de las comodidades tecnológicas, pero profundamente conectados con la tierra.
El Eco, distribuido por Pimienta Films, ha sido reconocido en diversas categorías en los Premios Ariel, incluyendo Mejor Película, Largometraje Documental, Dirección, Edición, Fotografía, Sonido y Música Original. Esta obra no solo es un retrato de la vida rural en México, sino un llamado de atención sobre el impacto del cambio climático en las comunidades más afectadas. La cineasta desea transmitir que, a pesar de la fragilidad, estos niños representan un futuro, uno que está construido sobre una base poderosa.